*Punto de vista de Lila*
Todo y nada cambió cuando Mia y yo estábamos en la empacadora de Silvius. Con nada quiero decir que todavía trabajábamos, manteníamos un horario y escribíamos, hacíamos nuestro trabajo. Era una rutina que no habíamos perdido.
No salíamos mucho y cuando lo hacíamos, Rafe o Leo nos transportaban hacia y desde el trabajo. Fue un proceso tedioso y un poco largo, pero hasta ahora. Cole no había vuelto a atacar y no se vio ningún otro Bolstrode en el área, por lo que trasladarse a la casa de empaque fue la decisión correcta.
Estábamos haciendo que funcionara, pero mientras Mia florecía, yo me quedaba estancado en mi lugar. Rafe y yo vivíamos ahora en la misma casa, pero todavía estábamos muy distantes. Estaba muy lejos de lo que solíamos ser: estaba tan enamorado que casi dolía.
Ahora parecía que éramos extraños. Ninguno de nosotros estaba dando el primer paso. Yo no quería y Rafe... bueno, no creo que Rafe supiera qué hacer para hacerme creer que me amaba.