*Gema*
El informe de Bly sobre el estado de Connor se quedó corto. No era sólo un desastre.
Estaba trastornado y desquiciado.
Fue evidente en el momento en que lo vi con Kael inmovilizado en el suelo boca abajo, la bota de Connor hundiéndose entre sus omóplatos, una escena similar a la situación en la sala del trono, sosteniendo un puñado de cabello de mi compañero en una mano mientras la otra sostenía la hoja en su garganta. Los fuertes rayos del sol que entraban por otra ventana brillaban en el metal.
Connor soltó una carcajada. “¿Reconoces este cuchillo, Gemma?”
Como el resto de nosotros, era un desastre de arena y sangre. A diferencia de nosotros, sus ojos estaban brillantes e inyectados en sangre por la locura. Su respiración hacía ruido en sus pulmones y estaba encorvado como si no pudiera enderezar completamente su columna.
