Punto de vista de Seraphina
Annika no dormía. Estaba agotada, se quedaba despierta mucho después de su hora de acostarse, mamando constantemente para aliviar la presión de sus encías. A la pobre le estaban saliendo los dientes, pero, por desgracia, eso significaba que yo no podía dormir.
Acababa de colgar el teléfono con Kit cuando vuelve a despertarse y subo las escaleras para darle el pecho por octava vez esta noche. Le froté las encías con el gel anestésico, esperando que fuera suficiente para que se durmiera profundamente.
Mi estómago volvió a rugir, sintiéndose vacío. Pensé en la comida para llevar que iba a traer Kit y me puse a llorar. Esta semana había sido dura, con Annie cortándose tres dientes al mismo tiempo y pasando por la regresión del sueño de un año.
Casi me vuelvo loco.
Falta de sueño y hambre.