*Eva*
Sus gélidos ojos azules se quedaron clavados en mí. El mundo que nos rodeaba desapareció y nos quedamos solos. Se me entrecortó la respiración y el corazón me retumbó en el pecho.
Hacía tiempo que no le veía tan cerca; normalmente estábamos a metros de distancia. Le veía de vez en cuando, pero la mayor parte del tiempo se había mantenido alejado de mí. Aunque dijera que no me evitaba, yo sabía que lo hacía.
Sin embargo, sentí su mirada. Sentía que siempre me observaba desde lejos. Sabía que tenía guardias vigilándome en las esquinas. No ignoraba que muchos en la manada aún me odiaban. Stephen era el presidente del club "Odio a Eva". Pero sabía que no me tocaría. Zander se había asegurado de eso.