**Isa
Para ser un hombre que discretamente me advirtió que fuera profesional en el trabajo, Callan seguramente parecía un hipócrita. Cada día había algo nuevo, algún problema, alguna falta de comunicación, alguna expectativa que no se cumplía.
Al final resultó que, tuve que enorgullecerme de no haber asesinado a mi jefe durante más de una semana. Todo lo que hice, cada informe que entregué, cada presentación que hice, TODO tenía
—margen de mejora.
Por supuesto, como empresaria, sabía que todo SÍ tiene margen de mejora. Pero, de vez en cuando, a una persona le gusta escuchar que hizo un buen trabajo.
—¡¿Qué, qué es ESTA vez?! —Al final espeté mientras regresaba a la oficina de Callan por orden de Jeffery. La oficina de Callan se estaba convirtiendo en mi segundo hogar. Muy pronto iba a montar una tienda de campaña en el rincón de conversación.
Callan me levantó una ceja.
—¿Señor? —Agregué escuetamente.