**Isa
Salté lejos de Callan como si hubiera tocado una estufa caliente. Incluso en una situación de crisis, no podía retenerlo así. Incluso en el rincón más alejado, pude sentir la forma en que sus fuertes brazos me agarraron. Se sentían tan seguros, tan seguros.
—Bueno, al menos tenemos luz —dijo Callan con un alivio obviamente forzado. Parecía que él no era el único que no estaba entusiasmado con la idea de quedarse atrapado en el ascensor.
Retrocedí más hacia la esquina del ascensor, agarrándome fuertemente a la barandilla con las manos, mis nudillos palidecieron. Su colonia me rodeaba, bloqueando todos mis sentidos racionales mientras me llenaba de tentaciones.
—¿Estás bien? —preguntó Callan.
Lo miré. Su flequillo estaba un poco fuera de lugar, pero se veía sexy con esa apariencia despeinada. Y la tenue iluminación del ascensor hacía que sus pupilas se dilataran, dándole un aire de intriga.
—¿Eh? Oh, no soy fanático de los espacios cerrados... —dije.