**David
Con las manos en la masa.
Era sólo cuestión de tiempo, pero mis sospechas se confirmaron oficialmente cuando entré y los encontré abrazándose, a centímetros de besarse.
—David... ¿qué-qué estás haciendo aquí? —Isa tartamudeó.
No era propio de ella tartamudear. Ella de verdad debe haberse sorprendido.
Miré a Callan. Su rostro estaba teñido de rosa y miraba nerviosamente a Isa.
—Así que supongo que ella es la que lleva los pantalones en esta relación —me reí mentalmente.
—Bueno, es una sala de descanso pública. Me estoy rompiendo —dije con total naturalidad. Caminé a través del espacio de dos metros que los dos dejaron entre ellos cuando se separaron.
Era cierto que no quería que estuvieran juntos, y me enorgullecía un poco separarlos aunque fuera por un momento, pero la ansiedad en el rostro de Isa me mató. No podía obligarme a hacerla sentir peor.
Isa revoloteó a mi lado.
—David, ¿viste...
