ADRIANO
El sonido del limpiado y cargado de armas llenaba la cabina de mi jet privado mientras repasábamos el plan que Alessandro y yo habíamos concebido para asegurarnos de que todos estuviéramos en la misma sintonía. Mi única preocupación verdadera era sacar a Raven de ese lugar, sin importar el medio que debiéramos emplear. La eficacia era nuestra prioridad, y no me importaba cómo la lográramos. No sabíamos qué le estaban haciendo a Raven en manos de Tony, pero estaba convencido de que ella estaba resistiendo. A pesar de su apariencia, sabía que bajo su fachada dura aún se encontraba la joven que, cuando llegué, estaba aterrada y desorientada en este mundo desconocido.