*Oliver*
Después de que los padres de Harper la repudiaron, me puse furioso. Necesitaba alguien a quien culpar, alguien a quien asumir la responsabilidad de destruir su vida.
Había un medio de comunicación local que informó que Harper era prostituta debido a su edad. Era el peor artículo que se había publicado sobre ella. No me importaba lo que dijeran de mí, pero no podía soportar que dijeran cosas negativas sobre Harper.
Entré pisando fuerte a la oficina de prensa, artículo en mano, y me dirigí furiosamente al escritorio de la recepcionista. Estaba contestando llamadas y poniendo a la gente en espera. Le puse el artículo en la cara y la miré.
—Windsor Publishing... espera, por favor... —dijo, con la voz entrecortada cuando me vio.
La recepcionista se aclaró la garganta y se quitó los auriculares.
—S-Señor Crest —murmuró.
—Quiero ver al periodista que escribió este artículo ahora mismo —exigí, con las fosas nasales dilatadas.