*Harper*
La abogada de Oliver, Lindsey, y una joven periodista, Alexis, iban a venir y repasar los detalles del caso y la investigación. Me sentía inútil con todas estas mujeres profesionales y motivadas por sus carreras colaborando con sus planes.
—¿Puedo ayudar? —Le pregunté a Oliver mientras esperábamos a Alexis y Lindsey.
Todavía estaba disfrutando de mi café de la mañana en la cocina y Oliver entró con una caja de pasteles recién hechos.
—No lo sé, Harper. Esto se va a poner peligroso —dijo Oliver, acariciando mi mejilla con su pulgar.
—Si es peligroso para ti, entonces ya lo es para mí —argumenté—. No quiero que corras ningún riesgo si yo no puedo.
—No quiero que te involucres. Alexis ha trabajado de incógnito antes y ha investigado mucho. Lindsey conoce la ley como la palma de su mano —explicó.
—Y tengo mucho que perder en todo esto —dije. Me levanté y tomé las manos de Oliver entre las mías, abrazándolas con fuerza.