*Oliver*
—No te muevas —le dije a Harper. Ella me rogaba con su cuerpo que la tomara, pero yo tenía algo más planeado.
Me agaché y le desabroché las bragas del tobillo.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó, mirándome con desdén. Sus ojos estaban muy abiertos e inquisitivos.
La agarré por la nuca y la obligué a mirar hacia otro lado.
—Dije, no te muevas —le recordé con firmeza.
Harper jadeó y asintió. Apliqué presión en su cuello hasta que bajó la mejilla hacia el mostrador. Ella no luchó contra mí.
—Pon los brazos detrás de la espalda —ordené.
Harper hizo lo que le dijo y yo sonreí. Usé sus bragas de encaje para atarle los brazos a la espalda. Cuando di un paso atrás, sonreí al ver que ella tenía que mantener la mejilla en el mostrador para sostenerse.