Neil.
Tras finalizar la llamada con James, apreté el teléfono con fuerza y contemplé el océano, buscando algo de calma para mis nervios. La ira amenazaba con inundar mi corazón al pensar en la intromisión de James en mi relación con Becca.
Sabía que, aunque James técnicamente estaba muerto, si realmente deseaba regresar a la vida de Becca y del niño, lo haría. Y yo tendría que intensificar mis esfuerzos para protegerla.
Respirando profundamente y pellizcándome el puente de la nariz, cerré los ojos, inhalando el aroma del aire salado. En ese momento, la voz de Allegra surgió desde la distancia detrás de mí, haciendo que me girara y la observara por encima del hombro.
—Neil, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó, lo cual era una pregunta válida. Era inusual para mí estar en este lugar, considerando que Becca acababa de regresar a casa con el bebé y yo había estado hablando sobre pasar tiempo con ellos.
—Solo necesitaba un momento para hacer una llamada de larga distancia —respondí.