** Punto de vista de Ethan
—Este salmón es absolutamente delicioso —dijo Madalynn.
Se sentó a mi lado, su cuerpo empujando contra el mío mientras se reía de lo que decía otra mujer noble como si fuera la cosa más divertida del mundo.
Afuera, retumbó un trueno y un relámpago proyectó sombras espeluznantes en las paredes del comedor, lo que provocó que la luz de las velas a la que cenábamos adquiriera un brillo inquietante.
No era solo el clima lo que me hacía sentir inquieta. Algo no estaba bien, y simplemente no podía ubicar lo que era.
Madalynn se aclaró la garganta.
—¿Estás bien? —preguntó, su cálido aliento en mi cara, haciéndome fruncir el ceño—: Apenas has comido un bocado, y estamos en el tercer plato.
—Estoy bien.
No pude evitar pensar en Rosalie. Todavía no entendía por qué no me había hablado de la ecografía. Será mejor que me explique más tarde esta noche.