Lacey miró a los guerreros, tanto jóvenes como experimentados, y se sintió bien de estar de regreso.
—Scarlett, Lacey ha vuelto, así que se hará cargo del entrenamiento de los jóvenes guerreros —dijo Julien.
—Gracias a Dios —dijo Scar en voz baja.
La cabeza de Lacey se levantó de golpe, observando a sus jóvenes guerreros, y estaban colgando sus cabezas. La ira la llenó instantáneamente. Los jóvenes guerreros se habían convertido en algo así como sus propios hijos, y no estaba dispuesta a que alguien hiciera que sus guerreros se sintieran inferiores solo porque eran jóvenes e inexpertos.
Julien entrecerró los ojos a Scar en advertencia.