Julien la recibió en la puerta cuando entró Lacey.
—¿Te divertiste hoy? —Levantó una ceja, su cabello caía sobre sus hombros, luciendo tan sexy como siempre.
Lacey asintió, sonriendo. Casi se cae por su cambio de actitud, pero no iba a cuestionarlo.
—Lo hice. ¿Y tú? ¿Qué hiciste hoy? —preguntó ella mientras caminaban lentamente adentro.
Él sonrió, levantando una ceja.
—¿No te gustaría saberlo?
Ella se rió.
—Bueno, todo depende de lo que sea —bajó la voz con complicidad—. A veces, un poco de misterio en una relación es bueno.
Él se rió.
—¿Y eres una mujer misteriosa?
Lacey se encogió de hombros, sorprendida de que en realidad estuviera coqueteando con ella. Ella levantó la barbilla, sonriendo.
—Eso, queridO, quizás nunca lo sepas.
Suspiró, repentinamente serio.
—Lacey, me preguntaba si te gustaría cenar conmigo esta noche en el comedor privado.