Julien paseaba de un lado a otro fuera del baño de damas esperando a Lacey y gruñía a cualquiera que se acercara a la puerta. Lacey ya había tenido suficiente y no necesitaba más problemas esta noche.
¿Por qué diablos haría Brock tal cosa? Había sido leal todos estos años, pero cuando Lacey llegó al castillo, fue como si hubiera perdido la cabeza. Julien supuso que él tenía la culpa de eso.
Julien tuvo que admitir que no había tratado a Lacey con mucho respeto desde que llegó. Bueno, desde que se comprometieron. Había estado tratando de resolver todo en su cabeza, pero la había dejado sola contra la manada.
Su manada, ahora la manada de ella. Y no estaba dispuesto a que su manada pensara que estaba bien tratar a su futura pareja con faltas de respeto. Julien sabía que tenía mucho que resolver, pero juró no desquitarse con Lacey.