18 de Octubre de 2021
Día 87
Sumido en una casi completa penumbra soy incapaz de siquiera encontrar las fuerzas para ponerme de pie. Algunos rayos de luz entran por un sucio tragaluz… pero desaparecen tras lo que podrían ser unos minutos o varias horas… una… y otra… vez…
El tiempo simplemente avanza sin mi…
Me aqueja el hambre… pero no siento deseos de comer.
La sed seca mi garganta… pero no siento ganas de beber.
No siento cansancio…
Tampoco dolor…
Ni tristeza…
No siento nada.
Solo un profundo vacío…
20 de Octubre de 2021
Día 89
Por enésima vez, las yemas de mis dedos pasan por el enorme muro de piedra que Nicolás dejo tras de sí.
Es robusta, uniforme, lisa y… fría.
21 de Octubre de 2021
Día 90
—Ash… Ya me aburrí de verte asi de achicopalado —su irritante voz me crispa los nervios.
—Déjame solo… —respondo sin siquiera voltearlo a ver o levantarme de… ni siquiera intentare descifrar si estoy acostado o flotando.
—Vamos Marcos, tienes días regodeándote en tu miseria y soledad, suele ser divertido verte asi pero ya fue mucho —me rehusó a seguir su juego por lo que paso de él—, ándale, haz algo divertido
—No seré tu mono de feria… vete a molestar a alguien más.
—Lo haría, pero la mayoría de quienes tuvieron el honor de recibir mi bendición… no duraron tanto, en especial los que eran divertidos… salvo puntuales excepciones.
—Entonces dale tu bendición a más gente.
—Ojala fuera tan fácil, pero no puedo otorgarlas a diestra y siniestra —puedo escuchar como da vueltas a mi alrededor mientras habla, haciendo esto más molesto—, hasta alguien de mi calibre tiene límites.
—Solo déjame solo… vete con una de esas "excepciones".
—Ya me canse de ellos, Benito es divertido y todo… pero ya me canso su complejo de superioridad… —dice un poco asqueado—, aunque… sería interesante ver que química tendrían entre ustedes dos.
Esta es mi mente… yo tengo el control… solo tengo que concentrarme en salir de aquí…
—¡No te atrevas! ¡No, no, no! ¡No me vas a dejar plantado! —espeta con indignación mientras un punzante dolor de cabeza rompe mi concentración a la vez que una extraña sensación de debilidad invade mi cuerpo.
—¿¡Qué diablos!? —exclamo desconcertado dirigiendo mi mirada hacia Adler por primera vez—, Bastardo… ¿Cómo hiciste eso…?
—Auchi… eso me dolió, pensé que teníamos algo especial… —dramatiza exageradamente mientras posa el dorso de su mano en su frente—, yo que estaba dispuesto ir a tales extremos como otorgarte el favor divino más cercano a la omnipotencia que me es posible…
—No quiero nada de ti —gruño mientras aprieto los dientes por la impotencia de no poder salir.
—¿En serio…? —me cuestiona con incredulidad—, ¿Aun si con ese favor pudiera… traerlo de vuelta?
—¿Qué…? —sus palabras me toman por sorpresa haciéndome bajar la guardia—, ¡No!, este es otro de tus estúpidos juegos, como siempre siendo ambiguo con tus palabras e intenciones…
—Hablo de traerlo a "él" de vuelta… a Nicolás —la simple e ínfima posibilidad de que algo asi fuese posible hace que mis emociones salgan a flor de piel…
—Patrañas… —niego resistiéndome a ser engañado una vez más—, él…
—Nicolás transmuto su cuerpo en piedra… pero el intercambio equivalente o ley de conservación de la masa es clara, asi que, mientras todo siga en su lugar… —intento mantener la compostura ante sus palabras, pero… ¿Sera que hay manera…?
—¿Cómo sé que no intentas engañarme? —lo interrogo aun con desconfianza.
—Puedo volver a crear a Nicolás con la piedra en que se convirtió… palabra de dios —declara Adler con un porte y una seriedad inusual.
—¿Pero… cómo?
—No será fácil… no es algo que esté al alcance de cualquier divinidad, pero con mis conocimientos puedo crear una conexión con el plano divino y el terrenal… usándote como vinculo.
—¿Así sin más? ¿Sin pedirme nada a cambio? ¿Sin juegos?
—Qué poca fe me tienes, ¿Qué te he hecho para que desconfíes de mí? —lo fulmino con la mirada, sabe bien todo por lo que me ha hecho pasar—, está bien, está bien… merezco eso, pero también una segunda… digo, más oportunidades.
—Quizá… —respondo intentando esconder y suprimir la esperanza que crece en mí.
—Perfecto, entonces es hora formalizarlo… Yo, Adler, te ofrezco mi favor divino, elige: ¿Deseas que revierta el proceso y transmute la piedra en Nicolás? —pregunta mientras extiende su mano derecha hacia mí— ¿O deseas...? Em… a ver… cualquier cosa… Ya se: ¿O deseas que te revele la conexión entre las teorías de la mecánica cuántica y la relatividad general? —continua mientras extiende su mano izquierda de la misma manera.
—Trae de vuelta a Nicolás, es lo que deseo —respondo sin ponerle mucha atención al porque siempre tiene que plantear las cosas de esta manera.
—¿Deseas eso? ¿Seguro?
—Si —con todo mi ser…
—Entonces así será. Ahora solo queda… ¡Que despiertes!
Con un chasquido de dedos resquebraja el espacio a nuestro alrededor y me hace abrir los ojos en el mundo real. La desorientación es más intensa que otras veces, pero me fuerzo a mí mismo a centrarme y ajustar mi visión a la tenue iluminación del lugar… solo para encontrarme con el mismo muro frio frente a mí, al lado de las ordenadas ropas y pertenencias de Nicolás.
—Ese hijo de…
—Uy… ¿Porque tanta hostilidad Marcos? —la voz de Adler resuena en mi mente tomándome por sorpresa.
—¿Qué rayos? ¿Dónde estás?
—Dentro de tu cabeza tontito —se ríe como si fuera algo de lo más normal.
—¡Me engañaste de nuevo! —le recrimino enfadado.
—Tranquis, aún no he empezado —responde antes de pasar a un tono más serio—, para comenzar debes posar tu mano sobre la pared, específicamente donde él estuvo en sus últimos momentos, debes cerrar los ojos… y visualizar ese momento…
Haciendo mis dudas de lado sigo sus instrucciones, y pese a ser algo que preferiría no hacer… revivo ese agrio recuerdo en mi mente.
—Yo me encargare del resto, canalizare mi energía a través de ti … tu mantén la concentración.
Puedo escuchar como la voz de Adler se tensa por el esfuerzo… quizá esta vez…
Debo mantener la cabeza fría.
Debo concentrarme.
Debo rememorar… ese fatídico momento.
Las imágenes que me han atormentado estos últimos días y que había batallado tanto en suprimir empiezan a desbordar mi mente: La sangre brotando de la profunda herida en su pecho, el segador extasiado, el golpe contra el portón… toda esa violencia… pero también esa sonrisa apacible intentando calmarme, esas palabras finales de aliento… esa mirada afligida al pensar en su familia por una última vez.
El nudo en mi garganta me hace difícil mantener la cabeza fría… de verdad quiero verlo una vez más.
Una sensación extraña recorre mi cuerpo, algo similar a lo que siento al controlar la cristalización… pero a la vez diferente
¿De verdad está funcionando?
—Ya puedes abrir los ojos, solo ten cuidado… es "frágil" —dice Adler con un suspiro.
Pierdo el aliento con esas palabras, abro los ojos… y…
Frente a mi…
Solo hay una estatuilla de piedra…
Una pequeña y frágil replica de Nicolás…
—¿Qué es… esto? —mi mente está en blanco, las palabras salen por su cuenta.
—Ese es… ese es… ¡Ese es Nicolás! —Adler hace su mejor intento en contener la risa pero al final estalla en carcajadas—, yo solo prometí que lo recrearía usando la piedra… no que lo traería de vuelta a la vida
—…
—Perdón, perdón, pero no pude evitarlo —añade entre risas—, planee esto por días, ¡Pero no pensé que caerías redondito! ¡Deberías haber visto tu cara! ¡Una obra de arte!
El nudo en mi garganta desaparece… la presión en mi pecho es sustituida por un intenso ardor.
Furia, rabia, coraje.
Me faltan palabras para describir lo que siento. La estatuilla se hace polvo en mis manos a la vez que mis nudillos se tornan blancos y siento como mis dientes están al límite de romperse por la presión.
Quiero gritar, desgarrar mi garganta, hacer polvo mis puños contra la pared… no, contra Adler, molerlo a golpes, desollarlo vivo… pero cuando siento como si algo fuera explotar dentro de mi… toda emoción se desvanece.
—Lárgate…
—Era solo una bromita, no te pongas…
—Desaparece.
—Wow… espera… —Adler reacciona con sorpresa a la vez que su voz se debilita y empieza a desvanecerse—, Marcos, solo fue un juego… si me exilias con tanta fuerza…
—Vete y no vuelvas… ¡Jamás!
Su voz y su presencia desaparece por completo… al mismo tiempo, mis piernas dejan de responder y caigo al suelo. Frente a mí, los restos de la estatuilla echa polvo me dan un golpe de realidad.
Se fue… para siempre. Lo tengo que aceptar, lo único que me queda de él es el cuchillo que me dio asi como una promesa por cumplir.
Me acerco a las ropas desagarras y teñidas de sangre que dejo tras de sí y que posteriormente doble y acomode como si él fuera a regresar por ellas. En el bolsillo de su camisa, como siempre, se encuentra la foto que cargaba de su familia.
Sus últimas palabras resuenan dentro de mí.
No puedo quedarme aquí sin hacer nada… él me confió su última voluntad y prometí cumplirla.
Debo encontrar a su familia.
¿Pero acaso puedo hacer algo como eso... yo solo?
¿Podre arreglar la camioneta solo conociendo lo teórico?
¿Podre encontrar combustible suficiente?
¿Podre cruzar la zona helada…?
Tengo todo en contra… el tiempo corriendo, los escasos recursos, el clima empeorando…
—Pero superamos cosas más difíciles… ¿No? —murmuro viendo la foto.
Muchas de mis heridas no han terminado de sanar, mientras que en otras se originaron costras de piedra que han empezado a expandirse, por lo que uso el único cristal que tengo a la mano: el del aullador.
Pese a ser solo la mitad del original, tiene tanta energía que aun tras revertir la cristalización no pareciera haber perdido ni una fracción de su brillo, sin embargo, una parte de mi siente repugnancia al verme obligado a usar la energía de… esa cosa.
Por primera vez en días noto una intensa hambre que por suerte logro saciar parcialmente con las raciones que trajimos en las mochilas, no obstante, ya no cuento con nada de agua y puedo sentir las primeras señales de deshidratación.
El verdadero problema es que el lugar quedo completado aislado del exterior, el muro que él creo se extendió por todo el lugar, cubriendo ventanas y la única salida de emergencia en la parte trasera. De verdad convirtió el lugar en una fortaleza impenetrable… todo por…
No debo distraerme…
Mi única esperanza es el tragaluz polvoriento en lo alto del taller, por lo que uso nuevamente el núcleo para crear unas escaleras.
Sentir la luz y calidez del sol directamente en los ojos tras varios días encerrado es un tanto abrumador, sin mencionar los gélidos vientos que golpean mi rostro… una combinación de temperaturas cuanto menos peculiar.
En estos días una gran parte de la horda se dispersó, lo cual me permite bajar y escabullirme entre los pocos que quedan usando sigilo y sentido sísmico, habilidades que no podría haber obtenido de no ser por…
Sacudo la cabeza para disipar pensamientos innecesarios.
Mi mejor opción es regresar a la camioneta donde debería haber un poco de comida, además, el arroyo que me servirá como fuente de agua, después de eso… después… ¿Qué hare?
Ya tendré tiempo para hacer un mejor plan…
Quizá es mi imaginación o mi falta de fuerzas, pero el tamaño del arroyo y la intensidad de su corriente parecieran haber aumentado… aunque es todo lo contrario en el caso de la temperatura…
Casi resbalo por un paso en falso… algo que no hubiera terminado nada bien. No puedo evitar soltar una pequeña risa nerviosa a causa del susto e instintivamente volteo hacia atrás buscando a…
—¡Enfócate! —me digo a mismo fijando la vista al frente y continuando mi camino con pies de plomo.
Empapado y tiritando de frio logro salir del arroyo con la mochila y las refacciones secas… pero como siempre pasa en este maldito mundo apocalíptico, el tiempo para celebrar siempre es interrumpido.
—No puede ser… —gruño frustrado al ver las puertas de la camioneta abiertas a la fuerza.
Doy un vistazo al interior pese a saber con qué me encontrare, o más bien, con que no.
No era tanta comida… pero contaba con ella para tener al menos un par de días para planear que haría después, además había algunas piezas y herramientas que necesitaba, ahora tendré que…
Espera… quiere decir que alguien paso por aquí…
"Alguien"… un sobreviviente…
Activo Rastreo Sísmico y Concentración Profunda, podrían estar por los alrededores… podrían planear una emboscada… podrían...
—Cierto… la camioneta estuvo abandonada por días… —el reloj en mi muñeca marca que, efectivamente, ha pasado casi una semana, además, el polvo en el interior me deja claro que esto ya tiene tiempo abierto.
Rebusco entre las cosas que no se llevaron y encuentro la tetera de…
Maldita sea, ¿Por cuánto tiempo seguirá esto?
Hago una fogata improvisada solo para hervir agua y descansar un poco en lo que pienso en donde empezar a buscar provisiones.
Me alejo un par de cuadras en busca de un lugar para dormir. El fuego fue un poco imprudente, atraer atención innecesaria a la camioneta no es la mejor de las ideas, pero bueno, a duras penas se mueve, por lo que no creo que alguien intente… o mínimo sea capaz de robarla.
En el camino me enfrento a un par de cristalizados solitarios y me instalo en el primer lugar que se siente medianamente decente y seguro. Bloqueo las puertas lo mejor que puedo y moldeo un cañón ballesta en mi brazo… si algo sucede es mejor que pueda responder rápido.
Me atrinchero en una esquina buscando no darle la espalda a cualquier puerta o ventana, repaso por tercera vez el plan en caso de ataque y finalmente me dispongo a intentar dormir… énfasis en "Intentar".
Las cosas eran más fáciles con alguien que hiciera de guardia… también hacía que las noches no se sintieran tan…
¿Por qué no me puedo sacar esos pensamientos de la mente?
22 de Octubre de 2021
Día 91
La última vez que pase una noche en solitario, el cansancio se encargó de hacerme conciliar el sueño, esta vez, todo ruido me pone alerta, inclusive llegue a disparar la ballesta cuando creí escuchar cristalizados al otro lado de la puerta, pero la falta de respuesta me dejo claro que fue mi imaginación… en pocas palabras… no tuve más que un par de horas de descanso.
A lo largo del día deambulo de un lado a otro en busca de comida, pero como es usual, la mitad del tiempo me encuentro tomando desvíos para evadir hordas o buscar un lugar seguro ante temblores repentinos.
No fue un día muy productivo…
Al ponerse el sol mi mejor opción para resguardarme es una pequeña casa de dos pisos donde solo hay un par de cristalizados que no dan mucha pelea.
El primero cae antes de siquiera notar mi presencia, a diferencia del segundo que casi me agarra con la guardia baja. El hambre y el cansancio empiezan a afectar mis reflejos.
Unas cuantas latas de comida en la cocina alivian mi hambre… aunque no lo suficiente para que sienta que valiera la pena soportar el fétido aroma que provenía del lugar.
Una lección muy importante en el apocalipsis:
No abras los refrigeradores.
Sin electricidad no hay frio, sin frio no hay conservación, sin conservación hay putrefacción. Es una lección que no suele destacar pero recuerdo cuando, con mucho hincapié, él me dijo que…
Por más que lo intento su recuerdo sigue apareciendo en mi mente una y otra vez… esto solo hace las cosas más difíciles.