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Al escuchar las palabras de Yang Chen, Wang Yun Kai se rio.
Parecía haber oído el chiste más gracioso del mundo, se burló con desdén y dijo —¿Yang Chen, qué? ¿Tú, el desperdicio que perdió el Horno Dan Elegancia Púrpura de tu familia ante nuestra familia Wang, quieres probar mis habilidades?
—Si te atreves, no me importaría —dijo lentamente Yang Chen—. Me temo que tú, que ni siquiera tienes el coraje de disculparte, no te atreverías a aceptar este desafío.
—¡Jajaja, qué broma! —se mofó Wang Yun Kai—. Yang Chen, ya que quieres buscar la muerte, no me importaría concedértelo. Espero que no termines como Yang Wu, teniendo que ser salvado por los Ancianos al final. En cuanto a cómo competir, ya sea en una Batalla de Píldoras o en una Batalla Marcial, aceptaré ambas.
En lo que a él respecta, ni la Cultivación de Artes Marciales de Yang Chen ni su Camino de la Alquimia valían su atención.