🤍 YUKI ZURUMI 🤍
Salimos de la ducha una hora después, junto a mi hermana nos tomamos nuestro tiempo para ducharnos y divertirnos con nuestros cuerpos. Cuando acabamos las dos salimos del baño desnudas, mostrando nuestros cuernos, cola, garras y alas de succubo. Al estar en casa no teníamos que preocuparnos y estábamos más tranquilas sin tener que ocultar nuestra verdadera forma.
Cada una se dirigió a su armario y nos vestimos con ropa de casa, yo me coloqué un pantalón corto y una blusa púrpura, mi hermana Sumi opto por un pantalón largo y una remera negra. Por supuesto nuestras ropas tenían orificios donde salía la parte de nuestra cola y las alas en la espalda, para estar más cómodas en casa.
—Tal parece que Gise se quedó abajo —le comente a mi hermana mientras terminaba de vestirme.
—Eso seguro, si no habría escuchado lo que estábamos haciendo en el baño —respondió Sumi con un tono travieso mientras aguantaba una risita.
—¿Acaso la ducha no cubría nuestros gemidos mientras lo hacíamos en la bañera? —pregunte pensativa.
Sumi evito contestar mi obvia pregunta, a veces nosotras no solíamos contenernos y gemíamos demasiado fuerte, lo cual era algo problemático si se encontraba alguien cerca. Ambas terminamos de cambiarnos y salimos de nuestra habitación para bajar al salón.
—Vamos a ver que están haciendo mamá y Gise —le dije a mi gemela mientras bajamos por las escaleras.
Cuando entramos a la cocina vimos como la cena casi estaba lista, Giselle continuaba con su uniforme escolar y nuestra madre iba de acá para allá con su bata de cocina y algunas manchas en el rostro.
—Mamá ¿Qué comeremos hoy? —le pregunte mientras caminaba a la bandeja más cercana en busca de algo para robar.
—Hoy cenaremos carne asada con vegetales y arroz. Y de postre tendremos una tarta de manzana hornea- ¡No!
Mi madre me interrumpió dándome un golpe en la mano lo cual me hizo soltar los pedazos de manzana cocinada que iba a comerme.
—Eso es para después Yuki, debes esperar a que la cena este lista.
—Está bien... —respondí con un puchero y me alejé de la mesada para salir de la cocina.
Sumi se había quedado en la cocina hablando con mi hermana de algo que no logre escuchar bien.
Me dirigía al salón y vi como el reloj del pasillo marcaba casi las 19:30 de la tarde, dentro de poco llegarían mis otras madres del trabajo. Tenía un poco de hambre así que opte por buscar algunas galletas en la alacena para comer antes de cenar. No era muy buena con los quehaceres de la casa, así que fui al sofá y encendí el televisor para matar el tiempo antes de que la cena este lista.
Mi cola se agitaba de lado a lado mientras miraba la televisión, estuve un rato viendo un programa de juegos hasta que se escuchó unos sonidos de llaves e inmediatamente el sonido de la puerta al abrirse. Mis otras dos madres entraron por la puerta, ambas vestidas con faldas, camisas y chaquetas negras, el típico atuendo de oficinistas para las mujeres. Siempre me pareció algo extraño que se vistieran así, era ropa algo ajustada para ellas y les remarcaban las curvas de sus cuerpos, me apiadaba de los compañeros del trabajo que deben verlas a menudo con ese aspecto tan llamativo.
—Oh, bienvenidas a casa, mamá Ritsu, mamá Miyako —me levanté del sofá y fui a saludarlas con un beso en la mejilla a ambas.
—Yuki, cariño ¿Cómo te fue en la escuela? —me pregunto mi madre Miyako, mientras acariciaba mi cabeza, rozando mis pequeños cuernos de succubo.
—Bien, un día normal como siempre —luego de responder volví al sofá y me senté, en eso Sumi salió de donde quiera que estaba y se acercó a saludar a nuestras madres.
Pude ver como Miyako acomodaba sus carteras en la mesa y se quitaba la chaqueta, Ritsu también hacia lo mismo, pero esta comenzaba a desabotonarse los botones de la camisa. Mi madre Hyuna salió de la cocina y se acercó a sus esposas para saludarla, primero le dio la bienvenida a Miyako dándole un cariñoso beso en los labios, y se tomaron de las cinturas un momento.
—Cariño ¿Cómo les fue hoy? —escuche como preguntaba con cariño mientras se separaba de Miyako y se acercaba a Ritsu, esta última ya se había sacado la chaqueta y desabotonado la camisa.
Podía ver los grandes pechos que tenía mi madre succubo cubiertos por ese sostén, me alegraba saber que en unos años tendría los mismos atributos que mi madre. Cuando Hyuna se acercó a besar a Ritsu los pechos de ambas se unieron unos segundos, debía ser difícil abrazarse cuando querían. Aunque estaba contenta por la buena genética que heredaría de mis madres.
—Mucho trabajo, hoy me cargaron con demasiadas cosas y no pude acabar todo —respondió mamá Ritsu mientras se relajaba.
En varias partes de su cuerpo comenzó a emitirse un brillo colorido, se sentía un poco agradable aquel brillo, a pesar de que estaba algo alejada. De su espalda comenzó a salir unas alas alargadas, en su cabeza salieron dos cuernos más grandes que los míos, pero no demasiado, de 10 centímetros de tamaño. Su falda también comenzó a estirarse un poco dejando salir su larga cola por arriba. Note como separaba sus labios dejando salir un poco más de brillo y con este sus colmillos puntiagudos.
Mi madre Ritsu era una succubo adulta muy hermosa y realmente sexy, ver su transformación cada día era impresionante, casi nunca me cansaba de verla. Una vez que estuvo cómoda en su forma de succubo subió las escaleras para ir a cambiarse. Mamá Miyako siguió a Hyuna a la cocina para ver lo que se estaba cocinando.
Había pasado como 20 minutos, mientras veía la televisión Sumi y Gise aparecieron para comenzar a acomodar la mesa, eso era señal de que la cena estaba lista.
—Yuki, tienes que ayudar tú también a poner la mesa —me reprocho mi gemela.
—Pero ustedes lo hacen bien, además ya están acabando —respondí para evitar la tarea.
Me levanté del sofá para ir a la mesa y sentarme en mi lugar, moría de hambre y esperaba ansiosa la cena de esta noche.
Poco a poco fue llegando la comida a la mesa, mamá Hyuna traía las bandejas y platos mientras mis otras madres se acomodaban en la mesa. Comimos todas juntas mientras charlábamos de varios temas, sobre la escuela, el trabajo y la convivencia en casa, hasta que mamá Ritsu llego al tema del que solía hablarnos cada semana.
—¿Seguras que no notaron un cambio en sus cuerpos, chicas? ¿Alguna extraña sensación de dejar salir su verdadera forma sin poder contenerse? —nos preguntó con un poco de preocupación a Sumi y a mí.
—No, mamá, puedo controlarme en la escuela, eso no es problema —le respondí de forma corta.
—Yo también, estoy bien —respondió Sumi con un tono bajo.
—Mmm... muy bien. Ya saben que si se sienten extrañas pueden contar con nosotras para hablar sobre eso ¿Está bien? —nos respondió nuestra madre succubo.
—Sí... —respondimos al unísono con mi gemela.
—Y a ti Gise, ¿Cómo te va en la escuela? —escuche que pregunto nuestra madre Ritsu.
—Bien, mis maestros dicen que si sigo como voy alcanzaré el mejor promedio del año —respondió mi hermana.
—Ayyy Gise, sigue así y alcanzarás muchas cosas. Nosotras estamos orgullosas de eso —respondió nuestra madre Hyuna no sin antes acercarse a abrazar a Giselle y darle unos cuantos besos en la frente.
—Y sobre lo otro... ¿Sentiste algún cambio o algo diferente estos días? —pregunto esta vez nuestra madre Miyako.
—Emm... no mami, yo sigo igual de siempre. No cambie nada en lo físico o alguna señal de ser como mis hermanas —respondió con un tono suave y tranquilo mi hermana Giselle.
Note como Ritsu le daba un pequeño codazo a Miyako y luego las vi susurrar algo que no alcance a escuchar.
La cena terminó tranquila y mis madres Hyuna y Ritsu comenzaron a levantar la mesa. Giselle fue a cambiarse, ya que aun seguía con el uniforme de la escuela. Mientras tanto. Sumi y yo fuimos al salón a ver un poco de televisión junto a nuestra madre Miyako.
Luego de un rato volvió a darme un poco de hambre, baje del sofá que compartía con mi hermana y mamá para dirigirme a la cocina y encontrar algo que comer. Abrí la puerta y de inmediato volví a cerrarla, lo que vi me había impresionado y no podía interrumpir. Mi madre Hyuna estaba acorralando a mamá Ritsu contra la mesada de la cocina, estaban frente a frente besándose de manera apasionada. Las manos de mamá Ritsu estaban en los hombros de Hyuna, era su cola de succubo la que presionaba el trasero de mamá Hyuna mientras se besaban. Me quede viendo un momento como mis dos madres hacían ese acto tan lujurioso en la cocina, mi cola se movía emocionada detrás mío, por el beso que se estaban dando y por como las manos de mamá Hyuna se movían detrás de Ritsu, supuse que estaba tomando con fuerza el trasero la succubo a su vez que la empujaba más contra la mesada, intensificando más y más su beso.
Me mordí los labios y volví al salón, tenía el rostro sonrojado y mi cola de succubo se movía emocionada. Tome la mano de mi hermana y la jale hacia mí para que me acompañara a la fuerza.
—Ven, quiero mostrarte algo —le dije en un pequeño susurro para que nuestra madre Miyako no nos oyera.
—¿Qué pasa Yuki? El capítulo de hoy estaba bueno —se quejó Sumi por interrumpirla mientras veía la novela de la noche que solíamos ver con nuestras madres.
—Ya lo verás cuando lleguemos, solo espera —le respondí y continúe arrastrando a mi gemela hasta la puerta de la cocina, para que espiáramos lo que estaban haciendo mamá Ritsu y mamá Hyuna.