Casi era de noche cuando Bella llegó a su casa —la casa de Tristan.
En realidad, Bella no quería volver más a esta casa. Pero necesitaba sacar todas sus pertenencias, y lo más importante, necesitaba borrar todos los rastros de ella en la casa.
No quería dejar nada para que Tristan la recordara. Ella quería que aquel hombre la olvidara porque ella haría lo mismo.
...
Cuando Bella terminó de aparcar su coche de alquiler en el patio delantero, vio a Noora aparecer por la entrada principal. Solo con ver la expresión preocupada de Noora, Bella supo que algo estaba pasando adentro.
—Tía, ¿por qué pareces tan molesta? —Bella suspiró en silencio profundamente antes de salir del coche.
—Joven señorita, alguien la está esperando —dijo Noora con un tono preocupado. Bella podía adivinar a la persona a la que se refería.
—¿Reina Serpiente? —Bella dijo casualmente mientras caminaba hacia la puerta. Se preparaba para enfrentarse a su suegra por última vez antes de dejar esta casa.
Noora no dijo nada pero asintió con la cabeza. Tomó la bolsa de Bella y caminó para seguirla adentro.
—Tía, ¿has terminado de empacar todo lo que te dije? —Bella le preguntó.
—Sí. Terminé de empacar todas sus pertenencias y quité todas sus fotos en esta casa. Pero —Noora hizo una pausa mientras detenía su paso.
Bella también se detuvo mientras se giraba para mirar a Noora.
—Señorita, no entré en la recámara de... Quiero decir la recámara de Tristan. Usted sabe, su criada siempre guarda esa habitación y nunca deja que nadie excepto él entre, ¿verdad? —dijo en voz baja, con miedo de que alguien escuchara de lo que estaban hablando.
Bella frunció ligeramente el ceño, pero un segundo después, sonrió mientras daba una palmadita en el hombro de Noora con suavidad.
—Tía, no te preocupes. Tristan nunca guardaría una foto mía dentro de su recámara y estudio... —Sus labios revelaron una sonrisa apenas perceptible cuando recordó lo frío que Tristan había sido con ella durante sus cuatro años de matrimonio.
Solo unos pocos saben que no comparten la misma recámara. Ellos tienen su propio cuarto. Tristan solo visita su habitación cuando quiere hacer el amor con ella. Su vida en esta casa es como la de una mujer de palacio en los dramas históricos del Este, como una concubina.
Todo este tiempo, ella estaba delirando al pensar que Tristan sentía algo por ella, aunque fuera un poco; por eso estaba de acuerdo con este arreglo.
Noora no encontró palabras y se sintió apenada por su joven señorita. Sabe lo miserable que es la vida de Bella en esta casa, pero no puede cambiar la decisión de Bella de irse porque sabe que Bella realmente ama a Tristan. Solo podía proteger a Bella si alguien intentaba hacerle daño físico.
—Tía, lleva todas mis pertenencias y las tuyas al coche. Nos iremos de la casa esta noche después de que resuelva mi asunto aquí —Bella le dio la llave de su coche a Noora, sonríe para tranquilizarla de que estarán bien.
Después de ver a Noora alejarse, su sonrisa se desvaneció gradualmente. Su encantadora expresión lentamente se vuelve fría, lista para enfrentarse a la reina serpiente.
Bella tomó una respiración profunda antes de caminar con confianza hacia la sala.
Intentó mantener la sonrisa de Monalisa, sin embargo, en su corazón, estaba un poco preocupada de que Jessica Sinclair, su suegra, pudiera ver lo que había dentro de su corazón roto. No podía parecer débil ante esta mujer.
—Madre —Bella la saludó primero.
Aunque odiaba a Jessica, como mujer, estaba impresionada con cómo Jessica mantenía su belleza y cuerpo. Todavía parece joven aunque su edad esté cerca de los sesenta. Siempre se muestra perfecta ante los demás, con maquillaje pesado y un hermoso peinado.
Bella nunca vio a Jessica llevar ropa casual de casa; siempre aparecía en su hermoso y caro vestido de marca famosa.
—Lo siento, Madre, llegué tarde a casa. Si me hubiera llamado antes, habría regresado más rápido —Bella dijo con su falsa expresión de disculpa. Aún así, no obtuvo ninguna respuesta de Jessica, solo una mirada despectiva.
Bella no se preocupaba por cómo Jessica la miraba. Se sentó con calma frente a Jessica mientras mantenía su sonrisa.
Viendo lo tranquila que está Jessica ahora, aún no ha comenzado a abusar de ella verbalmente; Bella podía adivinar que Jessica todavía no sabe sobre su divorcio de Tristan. Porque si esta mujer supiera, la habría echado de la casa.
—Madre, ¿por qué me está esperando aquí? ¿Hay algo importante de lo que quiere hablar conmigo? —Bella preguntó de nuevo, recordando las palabras de Noora de que Jessica la había estado esperando desde la tarde.
La fría expresión de Jessica lentamente cambió mientras sonreía aunque su sonrisa no llegaba a sus ojos.
Bella no se sorprendió al ver la fría sonrisa de Jessica; estaba acostumbrada a ello. Simplemente le devolvió la sonrisa mientras esperaba que dijera algo.
Después de unos segundos de silencio, Jessica finalmente dijo:
—No me llames MADRE —Su voz helada finalmente llegó, sorprendiendo a Bella.
'¿Eh... ya lo sabe!?' Bella se preguntaba.
—¿Por qué sigues apareciendo aquí? ¡Será mejor que dejes este lugar, Bella! —Los ojos de Jessica eran tan afilados, como si quisiera abofetear a Bella con su mirada.
—Me impresiona que ya sepas sobre ese asunto... —Bella respondió casualmente mientras se recostaba en el sofá—. Se sentía relajada; ya no tenía que fingir.
Jessica se sorprendió al ver lo tranquila que estaba ahora la expresión de Bella. Ella pensaba que Bella armaría un escándalo en esta casa porque Tristan se divorció de ella.
Lo que más le preocupaba es que Bella fuera a los medios y hablara sobre su matrimonio con Tristan, pero esperó todo el día y no pasó nada.
Sin embargo, hasta ahora, Jessica todavía no se sentía aliviada, preocupada de que Bella tenga un plan desagradable a sus espaldas —humillar la reputación de la familia Sinclair.
'Esta pequeña zorra debe estar satisfecha con el dinero que Tristan le dio. ¿Por eso se siente de buen humor y acepta guardar silencio sobre su matrimonio con Tristan?' Jessica se preguntaba.
Después de que pasaron unos segundos más, Jessica finalmente habló:
—Por supuesto que lo sé —hizo una pausa cuando una sonrisa malévola lentamente apareció en sus labios—, porque yo obligué a Tristan a divorciarse de ti.
Bella quedó estupefacta sin palabras por lo que escuchó.