—Torre Sinclair —En el piso más alto del edificio Sinclair en el centro de negocios de Fort City, un hombre en sus primeros treinta, de más de 6 pies de altura, estaba junto a una pared de vidrio. Aún lucía elegante en un traje oscuro a medida aunque la hora de oficina había pasado hace mucho —ese hombre era Tristan Sinclair.
Habían pasado unos minutos y Tristan solo miraba su teléfono móvil en su mano después de recibir una llamada de su mayordomo.
No entendía por qué ella había dejado la casa.
—¡De prisa! Ya había estipulado en su pensión alimenticia que la casa ahora le pertenecía a ella, así que no tenía que mudarse de esa casa.
—¿Por qué se fue ahora? —murmuró suavemente.
...
—Jefe —se pudo escuchar la voz de un hombre desde atrás. Tristan se vuelve a mirar la puerta—. Tu madre llamó varias veces, pero tu teléfono estaba ocupado. Me pidió que te dijera que la llames, tiene algo importante que decirte...
Tristan no dijo nada. Marcó inmediatamente el número de su madre. En el primer tono, contestaron el teléfono. La voz apresurada de Jessica le saludó. Solo podía suspirar profundamente, escuchando a su madre sin interrumpirla.
—Tristan, ¿por qué le diste nuestra casa familiar a esa mujer? ¿Por qué decides cosas así sin decírselo a tu madre? —Jessica hizo una pausa para tomar un respiro profundo; su pecho se sentía apretado de ira—. Hijo, nuestros antepasados se enfadarán si la casa pasa a manos de extraños como ella. Por favor, cancela tu oferta; dale a esa mujer todo el dinero que quiera...
Tristan sintió un dolor de cabeza al escuchar las palabras de su madre. Con una mano, se masajeó la ceja mientras tomaba aire profundo.
—Madre, su nombre es Bella —dijo con calma, intentando corregir a su madre—. Y, Madre... no puedo deshacer lo que le di. ¡La casa es de ella!
Tristan estaba seguro de que Bella había dejado la casa de prisa únicamente por su madre. Podía imaginarse a su madre echando a Bella de la casa. ¡Qué problemático!
Jessica se exasperó al escuchar la respuesta de Tristan.
—Pero Hijo, ¿cómo va a vivir aquí si te casas con Laura? Ella va a
Venas aparecieron en la frente de Tristan. No dejó que su madre terminara sus palabras.
—Madre, hablaré contigo más tarde —terminó la llamada.
Después de hablar con su madre, Tristan continuó pellizcando su sien para distraerse de su dolor de cabeza; luego, miró a Dylan, su asistente.
—¿¡Qué pasó!? —preguntó Tristan. Podía ver a Dylan luciendo pánico cuando hablaba por teléfono.
Dylan camina hacia Tristan. Se detiene a unos pasos de él antes de decir.
—Jefe, el señor Turner llama. Dijo que necesita hablar contigo. Hay algo urgente que necesitas saber.
Tristan frunció el ceño, preguntándose por qué su abogado necesitaba hablar con él otra vez. ¿Pasó algo con la tarea que le había asignado?
De inmediato marcó el número de teléfono de John Turner.
—Señor, siento molestarle ahora —la voz de John Turner se escuchó del otro lado—. Hay algo que necesito informar.
—Puedes hablar ahora —Tristan respondió mientras caminaba hacia el sofá. Hizo un gesto para que Dylan lo dejara antes de sentarse en el sofá individual de cuero negro.
—Solo recordé algo importante que debo compartir con usted, Señor. Ayer, la señorita Donovan me pidió que vendiera la casa y todas las acciones que le diste... —John le contó todo lo que sucedió cuando se encontró con Bella ayer.
—Señor, ¿necesito vender la casa según la orden de la señorita Donovan? Quiero decir, ¿es necesario? —John Turner estaba confundido porque Bella le pidió que vendiera la casa inmediatamente—. Señor, ¿sabes que la casa está en la propiedad de tu familia, verdad? No puedo vender el terreno antes de consultar directamente contigo.
Las finas líneas en la frente de Tristan se hicieron cada vez más visibles. Su confusión no había desaparecido al enterarse de que Bella estaba dejando la casa, y ahora escuchó que ella quería vender la casa.
Tristan no podía entender qué estaba pensando ella. Le había dado mucho dinero y propiedades caras para sostenerla en su vejez; ¿por qué aún quería vender la casa también? ¿Realmente necesitaba tanto dinero para comenzar su nueva vida?
—¡Bah! ¿Qué me pasa? —de repente, Tristan siente algo extraño.
Esta es la primera vez desde que se casó con Bella que había pensado en ella. Quería saber qué haría y qué pensaría. ¡Qué extraño!
—Señor... ¿sigues ahí? —Tristan volvió a la realidad cuando escuchó la voz de John Turner.
—John, no vendas la casa —finalmente dijo Tristan—. Necesito que revises el precio de la propiedad. Si obtienes el precio de mercado, transfiere el dinero a ella. Tienes mi autorización para usar mis fondos personales para eso. Y... sobre la participación, también puedes hacer lo mismo.
—Sí, señor, haré según sus instrucciones.
Después de hablar con John Turner, Tristan no hizo nada más que sentarse en su asiento. Su mente llena de pensamientos de Bella. Algo que nunca le había sucedido.
—¿Por qué esta mujer comienza a aparecer en mi mente tan a menudo? —Tristan habla en silencio consigo mismo—. Está confundido por un sentimiento sin nombre en su corazón. Esta es la primera vez que piensa en ella, y cada vez que su rostro aparece, siente que su corazón duele.
Sin encontrar la respuesta a su pregunta, Tristan tomó el teléfono fijo junto a él. —Verifica dónde está ella ahora —ordenó a su asistente.
—Señor, la señorita Kiels está en su apartamento ahora. Ella me acaba de enviar un mensaje, preguntando si irás a su casa... —La frase de Dylan se detuvo cuando escuchó a Tristan tomar un respiro profundo.
—¡No, ella, sino mi esposa! —dijo Tristan fríamente.
Dylan estaba atónito. —S-Señor, ¿q-quieres decir tu exesposa? —preguntó de nuevo, temiendo haber escuchado mal.
Tristan estaba totalmente sorprendido. Se aclaró la garganta. —Sí. ¡Ella!
A Dylan se le cayó el alma a los pies; esta es la primera vez que su jefe llama a Bella, su esposa. —O-Okay, S-Señor, voy a verificar... —dijo de inmediato antes de que su jefe se enojara.
Después de colgar el teléfono, Tristan se recostó en el sofá mientras cerraba los ojos, esperando que Dylan confirmara la ubicación de Bella.
...
No mucho después, la puerta se abrió.
—Jefe, encontré a su esposa... Ups, quiero decir... a la señorita Donovan —Dylan se reprendió internamente mientras caminaba hacia la habitación—. Ella está en su antiguo apartamento.
Tristan lentamente abrió los ojos. Se sentó derecho, fijando su mirada en Dylan.
—Prepara el coche; necesitamos ir allí ahora —dijo, luego se levantó.