Muy rápido, el primer partido terminó.
Por supuesto, el Equipo de Lucha King ganó.
El siguiente partido era entre el Equipo CQ de Qiao Lian y el veterano Equipo Pea.
Qiao Lian se levantó y siguió a Su Penghao hacia el backstage.
Sun Linan se sorprendió cuando los vio levantarse de sus asientos. —¿A dónde van?
La respuesta de Qiao Lian fue casual. —¡Ha surgido algo!—. No podía molestarse en explicarle a este tonto.
Sun Linan se levantó de inmediato y, curioso como siempre, quería seguirlos. Qiao Lian dijo con dureza:
—¡Tú quédate donde estás! ¡Compórtate y mira el partido!
Intimidado por su tono y voz afilada, se quedó parado en el sitio mientras los veía alejarse.
—¡Qiao Lian!— la llamó desesperadamente.
Qiao Lian se giró y lo miró con una ceja levantada, interrogativamente.
—Por favor, regresa después de que termine el partido. Tengo una gran sorpresa para ti.
Se reflejaba una esperanza y anticipación innegables en su rostro. Exasperada, Qiao Lian dijo:
—Está bien.
