Parte 4: El plan
Después de asesinar seca y fácilmente a Aram Leonard, Malbrien salió con un pésimo humor, yendo a la cámara del rey.
Dentro de una gran habitación donde se encontraba el rey dentro, que debería estar custodiada por fuertes guardias, los guardias actualmente estaban en suelo en un baño de sangre.
Malbrien ingreso a la habitación del rey, yendo directo a la cama del mismo. Después de lanzar un hechizo de aislamiento como antes, grito "¡Despierta!". El rey se fue despertando lentamente, hasta que noto al joven bañado en una tenebrosa niebla negra, entonces cayó a cuenta del desconocido e inmediatamente grito "¡GUARDIAS! ¡ARRESTEN A ESTE INTRUSO!... ¡GUARDIAS!"
El rey inmediatamente se volvió sombrío al darse cuenta de que no hubo respuesta de su guardia personal. Seguido a un momento de silencio, pregunto con un rostro sombrío "¿Qué es lo que quieres de mí?"
Malbrien respondió con calma "Busco una respuesta sincera, si determino que tu respuesta es falsa, te asesinaré en este momento junto con todos en este castillo."
El rey palideció con esta respuesta, se dio cuenta de que el joven no bromeaba, estaba parado en medio de la habitación del rey y sin respuesta de sus guardias, quien sabe que pasaría si decidiese exterminar a toda su familia…
"Dime tu pregunta" dijo el rey con intención de responder sinceramente.
"Dime, ¿Quién es la persona más poderosa de este continente?" pregunto directamente, esperando una respuesta que borrase este sentimiento.
El rey primero se sorprendió por su pregunta, pero después de pensarlo, respondió "No está claro quien es el más fuerte, pero tendría que ser uno de los héroes de cada raza" dijo el rey con claridad "Para la raza folares esta Rahat Cohen. En los orcos esta Fanggraham, el triturador. En los taures están los hermanos Henzog y por último, para nosotros, los humanos, está Aram Leonard"
Después de terminar esto, el rey sintió como si en toda la habitación bajase la temperatura, sintiendo escalofríos, el miedo se vio reflejado en su rostro al mirar al joven allí parado en silencio.
En este momento Malbrien estaba extremadamente malhumorado. Si bien había hecho una conjetura, no quería que esta se haga realidad.
"No lo quiero admitir, pero parece que este mundo es una tierra estéril, donde no hay ni cultivadores con caminos al poder ni tesoros de cultivo…" pensó Malbrien
"El hecho de que no haya cultivadores explica por qué la esencia en el ambiente sea tan pobre. Creo que se debe a que en este mundo tiene un grado bajo"
Pero cuando Malbrien llego a este punto, se dio cuenta un terrible hecho. "Eso quiere decir que aunque masacre a todos los seres vivos de este mundo, no me serán de ayuda ni siquiera para alcanzar el rango 5…"
Con estos pensamientos Malbrien, con una expresión sombría, decidió dejar al rey con vida. Desvaneciéndose en el aire como un fantasma, abandono el castillo y se dirigió a las murallas exteriores.
Después de volver a la posada, se quedó sentado en la cama con muchos pensamientos en su cabeza, pero al no llegar a una solución, se quedó dormido.
Ya era la madrugada en la ciudad, las personas empezaban a salir de sus hogares y el bullicio llenaba las ocupadas calles.
Malbrien se despertó, se fue de la posada y se la paso caminando por las calles, perdido en sus pensamientos.
En algún momento, le llego una idea repentina "Si bien en este mundo no hay prácticamente recursos de cultivo, todavía existen las esencias elementales. También tengo mis largas experiencias y el conocimiento acumulado de mi mundo, puedo introducir los conocimientos de cultivo en este mundo, y esperar unas pocas decenas de años, entonces el nivel general de los humanos podrían serme de más utilidad. Pero el problema radica en que estarán limitados en el primer rango de cultivo, ya que para seguir adelante se requieren recursos externos…"
Malbrien estaba preocupado, "Puesto que si bien puedo llegar a un rango un poco más alto, si mejoraba el nivel general del mundo, seguiría siendo incapaz de volver a mi antiguo rango, e imposible si quiero superarlo" Reflexionó sobre este dilema "¿Qué sentido tiene volverse poderoso si tengo un final ineludible?" gruño enojado Malbrien.
De repente Malbrien paro sus pasos en medio de la calle, sus ojos brillaban con inteligencia "¡Las artes demoniacas! Si puedo utilizar la brujería para crear un núcleo elemental con propia inteligencia básica, y a esto añadir un cuerpo físico usando las artes demoniacas, dando la capacidad de crecimiento, vitalización, reproducción por alimento, y consumo de esencia elemental, podría cambiar lentamente el medio ambiente introduciendo feroces demonios"
Esta idea repentina de Malbrien hirvió su sangre, pero trato de calmarse y reflexionar la viabilidad de la idea. Después de pensarlo por un tiempo, se dio cuenta de que era altamente viable, por lo que decidió realizar experimentos en el futuro cercano y comprobar hasta que punto esta idea puede ser autosustentable.
Pero había un problema con esto, para efectuar la experimentación necesaria, requería tener más fuerza espiritual primordial y esencia de sangre con la cual trabajar.
Pero en este momento, Malbrien era un brujo de nivel 2 en el inicio del rango 1, en cuanto al cultivo demoniaco, aún no había creado su segundo núcleo de energía, por lo tanto, aún está lejos de tener los requisitos para proceder con los experimentos.
Estando algo triste, murmuro "A este ritmo, tardaré demasiado en alcanzar el rango 2 de brujo, ya que es difícil encontrar esencia de muerte en un lugar tan pacífico. "
"Lo que necesito ahora es sangre y muerte en masa, Y el mejor lugar para esto es un campo de guerra. Tal vez podría forzar una gran guerra con alguna otra raza, como la raza de los orcos, que no están en buenos términos con los humanos." Pensó Malbrien con una maligna sonrisa en su joven rostro.
Malbrien paseo por la ciudad comprando varios productos básicos y procesados como bolsos, cuerdas, bebidas, etc.
Seguido a esto, robo un caballo de un establo en el límite exterior de la ciudad y abandono esta, yendo en dirección a la capital de los orcos, Torrezog.
Paso más de medio mes de viaje, Malbrien admiraba la vista de la gran ciudad orca.
Una inmensa ciudad con un color rojizo y marrón, rodeando la ciudad se encontraban gruesas murallas de 10 metros, parecían imponentes y resistentes, incluso a los ojos de Malbrien, los brujos de bajo rango tendrían dificultades en derribar estas murallas si fuesen reforzadas por formaciones.
Las casas tenían extrañas formas de semicírculos, con el techo en punta de palos. En las calles había rocas acomodadas en el suelo como guías, e incluso algunos postes decorativos, dándole un aspecto salvaje y rudo.
Muchos seres bípedos con grandes cuerpos de un tono cenizo caminaban por las calles y se comunicaban los unos a los otros. Algunos parecían discutir sobre el precio de algunos productos, mientras que otros se reían ruidosamente en las calles, golpeando el hombre de otro orco.
Malbrien se dio cuenta para su fortuna de que el lenguaje hablado aquí era el mismo que los humanos, solo con algunas diferencias en el acento, posiblemente derivado de su estructura de sus bocas y físico en general.
Malbrien decidió acampar fuera en una de las colinas cercanas hasta el anochecer.
En medio de la oscuridad, Malbrien se coló en la ciudad y fue directo al centro de la misma. A diferencia de la ciudad humana, los orcos parecían no tener murallas internas, sino que tenían sus estructuras construidas sobre colinas dentro de la misma, por lo que le fue más fácil infiltrarse en el castillo del rey orco.
Malbrien usando la un hechizo con ayuda de algunos materiales, cambio la estructura de su rostro y engroso su delgado cuerpo, parecía ser un fornido caballero humano con una armadura de la guardia privada del rey humano Adin. Después de estos arreglos, decidió empezar su matanza con algunos guardias exteriores, Matando a un equipo de patrulla, ingreso al castillo y asesino de forma indiferente a varios residentes y guardias y dejando obvias pistas en las zonas de los asesinatos. Llego a lo que sería la sala del rey, forzando la puerta a entrar, dejando un ligero sonido, ingreso en la habitación, acercándose lentamente al dormido rey orco.
Antes de acercarse lo suficiente para asesinarlo, un fuerte y gran orco salió de la nada, atacando con un gran martillo de guerra a Malbrien. Reaccionando a gran velocidad, uso una espada para desviar un poco el fuerte golpe y dio varios pasos atrás tambaleándose.
Después de esto el gran orco grito con notable furia en su voz "¡QUIEN ERES! ¡Cómo TE ATREVES A INTENTAR ASESINAR A NUESTRO GLORIOSO REY!"
El rey se levantó de golpe, luciendo asustado y enojado por el intento de asesinato de este humano.
Malbrien no respondió y se lanzó al ataque contra el orco guardián. Largos y veloces cortes fueron lanzados contra el gran orco, pero este se defendió de ellos y devolvió algunos golpes, uno de ellos llegando a darle en el dorso de la mano izquierda de Malbrien.
Después de herir al gran orco, la batalla parecía haberse vuelto más peligrosa para el gran orco, pero de repente llegaron varios guardias, amenazando a Malbrien. Al ver a los muchos guardias armados acercarse, Malbrien puso un rostro ensombrecido y enojado, y decidió escapar, derribando a algunos guardias y saltando por una ventana. Muchos guardias trataron de seguirlo, pero no pudieron seguirle el paso, perdiéndolo de vista.
Unos minutos después, el líder de los guardias del castillo llego a los aposentos del rey orco, informándole que el intruso logro escaparse, y también sobre los múltiples asesinatos en el castillo, de los cuales se encontraba uno de los príncipes directos.
El rey estalló en cólera por esta serie de terribles noticias, y peor aún, el escape exitoso del asesino.
Unos días después, se filtró la noticia del intento de asesinato del rey, y la muerte del príncipe Azgardner. Se dijo que estaba tan enojado que estaba decidido a declarar la guerra contra la ciudad de Salam.
Esta noticia causó la indignación de los orcos y su furia fue dirigida al rey de Salam y los humanos de la ciudad.
5 días después, llego una declaración de guerra de los orcos a la ciudad Salam, seguido de noticias sobre el ejército orco marchando hacia el territorio humano.