La subasta había terminado, dejando atrás el bullicio y la tensión del evento. Aunque aún debía una cantidad importante, mil millones para ser exactos, a Arden no parecía importarle demasiado. Por otro lado, tampoco era algo que me preocupara. Sabía que esa deuda aumentaría una vez comenzara la construcción de la base, pero mi plan ya estaba en marcha, y confiaba en que los recursos que había preparado serían más que suficientes para cubrir los costos.
Había elegido un terreno estratégico en Terranova, donde aseguré que todo estuviera listo para la construcción. Antes de marcar el área, removí cualquier cosa de valor que pudiera interferir, aunque sabía que también estaría vigilando personalmente durante todo el proceso.
Esa noche, después de compartir la cena con Arden, decidí que era momento de centrarme en mis Pokémon. Saqué a Paras y Goomy de sus Pokébolas, mientras en mis brazos sostenía cuidadosamente el huevo de Nihilego, sintiendo su cálido y rítmico movimiento.
Ambos Pokémon miraron a su alrededor, algo desconcertados por el nuevo entorno. Cuando sus ojos se posaron en mí, su expresión pasó de la confusión a una mezcla de duda y curiosidad.
—De ahora en adelante, seré su entrenador. —Les hablé con calma, dejando que mis palabras se asentaran en sus mentes. —Mi nombre es Cristal, pero pueden llamarme Renee.
Me miraron, inseguros todavía, hasta que notaron las bayas que sostenía en mis manos.
—¿Tienen hambre, verdad? Coman un poco —les dije, extendiéndoles las bayas.
Al principio dudaron, pero el aroma los conquistó rápidamente. Tan pronto probaron un bocado, sus ojos se iluminaron y devoraron el resto con entusiasmo, como si no hubieran comido algo tan delicioso en mucho tiempo. Sus expresiones eran claras: "¿Tienes más?"
—Claro que tengo más —les respondí, sonriendo mientras les ofrecía más de esas bayas únicas.
Estas no eran bayas comunes. Eran el resultado de mi propia investigación, desarrolladas específicamente para cada especie Pokémon. Goomy recibió una baya de tipo dragón, diseñada para optimizar su crecimiento y desarrollo. Paras, por otro lado, disfrutó de una baya hongo, preparada exclusivamente para su especie. Estas bayas no solo eran altamente nutritivas, sino que también ayudaban a sus cuerpos a fortalecerse y madurar de manera óptima, sin efectos secundarios.
Mientras comían, vi cómo empezaban a relajarse. Poco a poco, ganarme su confianza se hacía más sencillo. Una vez alimentados y tranquilos, su actitud cambió. Ahora estaban más abiertos, más receptivos. La primera barrera se había roto.
No elijo Pokémon únicamente por su fuerza o rareza. Aunque esas cualidades son importantes, prefiero atraparlos en estado salvaje y ganarme su confianza con el tiempo. Para mí, esa conexión es lo más valioso. Sin embargo, las circunstancias actuales me obligaron a buscar Pokémon que tuvieran habilidades específicas para ayudarme en mis planes en Terranova.
Por ejemplo, Paras. Su capacidad para generar hongos lo hace invaluable para mi objetivo: desarrollar bayas-hongos comestibles que puedan sustituir el consumo de carne Pokémon. Este es un dilema que siempre he querido resolver, y con Paras podría lograrlo. Sus hongos tienen propiedades únicas, capaces de satisfacer incluso las dietas de Pokémon carnívoros y reducir la necesidad de recurrir a métodos más crueles. Sin embargo, alcanzar este punto no será fácil; necesitará mucho entrenamiento y dedicación.
En cuanto a Goomy, lo seleccioné por su potencial único. Durante mi investigación, descubrí que algunos Pokémon nacen con una rara condición que los limita a usar un solo tipo elemental. Aunque mucghos lo ven como una maldición, en si no lo es, es una bendición sin presendentes, permitiendo optimizar este atributo unico del pokemon. En el de Goomy, esa limitación era una bendición. Al ser de tipo Dragón, esta especialización haría que su desarrollo y poder se concentraran de forma abrumadora en ese atributo, maximizando su capacidad como Dragón puro. Sería un Pokémon excepcional.
Finalmente, está Nihilego, aún en su estado de huevo. Es un Pokemon Ultraente, lo elegí por su versatilidad. A diferencia de los Pokémon Fantasma, que son excelentes para la defensa, Nihilego puede unirse a su entrenador, funcionando como una especie de armadura viviente en situaciones críticas, como batallas o conflictos masivos, conocidos ahora como "mareas Pokémon". Tenerlo no solo me brindaría protección, sino que también sería una ventaja estratégica incomparable
Ahora solo faltaban unos pequeñas cosas, para poder estar tranquilo en terranoba.