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Pov
El silencio se interrumpió brevemente cuando una voz grave resonó desde la sombra de un rincón oscuro. Apenas visible, un Pokémon oscuro, con destellos en su cuerpo que parecían desvanecerse en la penumbra, emergió parcialmente.
—¿Por qué regresaste tan rápido, Gengar? —preguntó una figura, su tono calmado, pero con evidente curiosidad.
—Notó mi presencia. —El Pokémon respondió con sencillez, su tono bajo y casi burlón.
El hombre, sentado cómodamente en un avión privado, esbozó una ligera sonrisa. Sus ojos brillaban con un matiz de interés mientras observaba el paisaje a través de la ventana.
—Ya veo... —murmuró, meditando sobre la revelación.
—Es fascinante —continuó Gengar—. A pesar de mis habilidades de ocultación, logró detectarme. Un humano percibiéndome... eso no pasa todos los días.
—¿Acaso será él? —preguntó el hombre, su expresión se llenó de una mezcla de emoción y desafío mientras acariciaba un pequeño medallón que llevaba consigo.
El silencio regresó por unos instantes, interrumpido únicamente por el sonido del motor del avión. Su mirada se desvió a su hijo, Ethan, quien dormía tranquilamente en el asiento a su lado, sin darse cuenta de la conversación que ocurría.
—Esto hará su viaje aún más interesante. Mi hijo tambien saldra en su aventura de ser entrenador Pokemon en Kanto y no cabe duda de que será una aventura única.
Ethan no era un niño cualquiera; había sido entrenado con rigor desde los cinco años, desarrollando habilidades que lo convertían en un prodigio. Su capacidad analítica y su talento nato eran asombrosos, superando incluso al de su hermano mayor.
—Será fascinante ver cómo se desenvuelven cuando se enfrenten —murmuró el hombre, su mirada fija en el horizonte. —Ethan tiene el potencial de convertirse en alguien extraordinario, pero será esta prueba la que determinará quién es realmente.
Mientras el avión surcaba los cielos hacia la región de Kanto, una sensación de anticipación crecía en su interior. Los caminos de estos dos individuos, en algun momento se veran entrelazados y sin duda seria muy interesante de ver quien sale victorioso.
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Al día siguiente.
El sol apenas comenzaba a asomarse por el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos, cuando me encontraba frente a Arden, quien ya esperaba con todo listo. La brisa matutina era fresca y limpia, ideal para el inicio de lo que sería un proyecto monumental.
—Bien, Arden, ¿reuniste todo lo que pedí? —pregunté con calma, asegurándome de que cada detalle estuviera en su lugar.
—Sí, todo está preparado. Ahora solo queda saber a dónde debemos enviarlo —respondió Arden con una leve inclinación de respeto.
Asentí, evaluando el entorno. Me aseguré de que no hubiera nadie cerca que pudiera percibir lo que estaba a punto de hacer. Tal vez un Pokémon psíquico extremadamente poderoso podría captar la energía, pero si no era de alto nivel, no había motivo para preocuparse. Con un gesto, abrí un portal frente a nosotros.
Arden se quedó boquiabierto. Su asombro era evidente mientras trataba de procesar lo que veía: un portal que vibraba con energía misteriosa, proyectando destellos de luz que parecían desintegrarse en el aire.
—Te llevaré al lugar donde se realizará la construcción. Nadie debe conocer su ubicación. Esto debe permanecer en absoluto secreto —le advertí con firmeza.
Arden asintió lentamente, aún sorprendido, mientras cruzaba el portal conmigo.
Al otro lado, el paisaje era simplemente espectacular. Nos encontrábamos en un valle oculto entre montañas, con ríos cristalinos que serpenteaban entre bosques verdes. El aire era puro, fresco, casi irreal. Era un lugar desconocido incluso para la Alianza, un rincón del mundo que debía mantenerse fuera del alcance de cualquier mirada curiosa o eso pensaria Arden, pero nada mas fuera de la realidad, simplemente no existia en su mundo.
—Es... impresionante. Prometo que nada de esto saldrá a la luz —dijo Arden, aún atónito, mientras observaba los alrededores.
—Bien. Entonces, reúnase con los demás. Es hora de iniciar la construcción.
Nos dirigimos a una sala donde un grupo de profesionales ya estaba reunido. Entre ellos se encontraba el encargado principal de la obra, un hombre que Arek me presentó con formalidad.
—Le presento al ingeniero Ronald Lauren, quien liderará la construcción de su hogar —dijo Arden.
Ronald era un hombre de mediana edad, con cabello grisáceo y ojos agudos que revelaban años de experiencia. Vestía con sencillez, pero su porte transmitía confianza.
—Un placer conocerlo, señor Renee. Seré responsable de que su hogar sea construido según sus deseos. Entonces, para empezar, ¿cómo le gustaría que fuera su residencia? —preguntó con profesionalismo.
Ya había anticipado esta conversación. Extendí mi mano y, con un movimiento suave, abrí un pequeño portal del que saqué un conjunto de planos y documentos detallados, tantos años de existencia y solo dedicarse a hacer una cosa es aburrido, hasi que estas cosas son solo pasatiempos para mi.
—Quiero que sea exactamente de esta manera —dije, desplegando un gran plano frente a ellos.
Ronald tomó el diseño con curiosidad, examinándolo detenidamente. Sus ojos se movían rápidamente, analizando cada punto, línea y anotación. Su expresión cambió de sorpresa a admiración; incluso parecía tener preguntas, pero decidió no plantearlas en ese momento.
—Es un diseño fascinante, sin duda —dijo finalmente. —Me encargaré personalmente de que la construcción se realice según sus especificaciones. Entonces, ¿dónde debemos iniciar?
Con una sonrisa solo habri un portal mas grande y dije.
- Señores, detras de este portal es donde se va a llevar a cabo la construcción- dije de forma tranquilamente con un sonrisa.
Faltaba poco para que comienze la construccion de mi hogar y sin duda estoy muy emocionado por verlo ya construido.