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Chapter 14 - Capítulo 7: El entrenamiento de magia oscura (Partes 1-2)

Capítulo 7 parte 1

En este evento no me encuentro presente, por lo tanto, será narrado por un ser omnisciente y oscuro… tétrico… ¡maligno…! ¡repulsivo…! ¡asqueroso…!

¡Maldita sea, fácilmente podría ser yo…! Menos en lo de omnisciente ya que realmente no estoy en estos eventos que serán narrados a continuación, ¿o sí?

Una hermosa mañana envuelve al pequeño pueblo de Ana no mura en tonos naranjas.

Es un día perfecto para que Rasec, junto con Seji-sensei, Hiroki y los espíritus de sus diamantes continúen con el entrenamiento de ayer.

Pero hoy nos centraremos en el entrenamiento que llevan a cabo las chicas pertenecientes al grupo.

Hablamos de Miru-chan, Sumire-chan y la reciente incorporación que a pesar de no tener un diamante forma parte del equipo, Chisato-chan.

Sakurai Miru, despierta desde temprano y alegre como siempre, se encuentra en su habitación vistiéndose para salir.

Ai la observa alegremente mientras ella se viste para luego bajar a la sala junto con Miru.

— ¡Mamá, papá, ya regreso! — dice Miru mientras se pone sus zapatillas.

— ¡Está bien! ¿ya acabaste tus diseños? — le pregunta la madre a ella mientras prepara el desayuno.

— ¡Ya falta poco mamá, espero que les guste!

— Ten cuidado ahí fuera. — dice su padre mientras sale de su habitación.

— ¡Si!

— ¡Ya volvemos! — dice Ai mientras sale de la casa junto con Miru.

Miru se dirige alegremente a la casa de Sumire, como de costumbre, Miru saluda a todo el mundo por la calle al igual que Ai.

Al llegar a la casa de Sumire, toca la puerta y le abre la madre.

— ¡Ah Miru-chan y Ai-chan, bienvenidas!

— ¡Buenos días Nekoyashiki-san! ¿se encuentra su hija?

— Claro, está en su habitación, puedes entrar si quieres. — le responde con una sonrisa en su rostro.

— ¡Muchas gracias! Con permiso.

Miru se quita sus zapatillas y las deja en la entrada, procede a subir las escaleras y toca la puerta de color negro.

La puerta no estaba del todo cerrada y al tocarla esta se abre accidentalmente.

Al ver adentro, Miru observa a Sumire tocando la sexta cuerda al aire de su guitarra eléctrica con distorsión al máximo repetidas veces con pausas entre toque y moviendo la cabeza con Yasuragi al ritmo.

Miru y Ai quedan estupefactas.

Luego Sumire comienza a tocar una canción de rock con notas quintas y a dar vueltas en su cuarto junto con Yasuragi y su gato, Nyakoshi.

Después de un rato, se entera que Miru la estaba viendo y deja de tocar.

Sumire se queda en blanco con un rostro inexpresivo.

— H-hola, Neko-chan… ¿qué haces? — pregunta Miru tímidamente.

— S-solo nos divertíamos…— responde Sumire.

— ¡Y-ya veo…!

Sumire pone la guitarra en el estuche que está en su cama, apaga el amplificador y voltea a ver algo avergonzada a Miru.

— ¿Qué quieres…?

— Hoy tenemos entrenamiento, Neko-chan.

— ¿Eh?

Sumire se lanza al piso junto con su gato.

— Pero aún me duele el cuerpo por lo de ayer…

Yasuragi se acerca a Sumire y le dice susurrando por el oído:

— Pero hace un momento estabas bailando y saltando con esa guitarra pesada…

Sumire da un pequeño grito y su rostro pone una expresión de impresión.

— P-pero… ya había quedado con Chisato…— dice Sumire mientras da vueltas en el piso nuevamente.

— ¡Pues que se venga con nosotras!

— ¡¿Eh?!

Miru toma de la mano a Sumire y se la lleva casi arrastrando.

— ¡Ah, espera!

Salen por la puerta y la madre de Sumire les desea un buen viaje.

— ¡Nooo, mamááááá!

Mientras Miru lleva a Sumire, Ai lleva a Yasuragi.

— ¡Esperen!

Llegan finalmente a la residencia de los Fujisaki, Miru toca la puerta y abre el señor Fujisaki, el padre de Makoto y Chisato.

— ¡Hola Neko-chan! Veo que vienes con otra amiga, ¿Eh, sucede algo? — pregunta el padre de Chisato al verla tan cansada.

— Eh… no se preocupe por eso, jaja… ¿se encuentra Chisato-chan? — Pregunta Sumire con la voz temblorosa.

— Claro, ¿irán a jugar o algo?

— ¡Iremos al gimnasio y queríamos que nos acompañara! — responde Ai muy alegremente.

Llega Chisato a la puerta con unos auriculares puestos con tan alto volumen que puede oírse lo que escucha fácilmente.

— ¿Eh? — dice Chisato confundida al ver que están hablando de ella.

— ¿Puede venir? — pregunta Miru al padre de ella.

Él toma a Chisato y se las da diciendo:

— Tomen, llévensela, que salga a tomar el sol…

Cierra la puerta dejando a su hija con ellas.

— Hola. — dice Chisato con su típico rostro inexpresivo.

— ¡Bien, vámonos! — dice Miru muy emocionada mientras se lleva a Sumire cargando y a Chisato arrastrando.

Sumire va llorando mientras que Chisato sigue estando inexpresivo como siempre.

Ya en el gimnasio, se visten para entrenar en condiciones.

Sus vestimentas para entrenar son apretadas y Sumire expresa sus quejas.

— ¡Esto aprieta mucho! — dice mientras intenta estirar sus prendas por la parte trasera.

— ¿Qué hacemos aquí? — pregunta Chisato.

— ¡Venimos a entrenar! — le responde Ai alegremente.

— No soy buena para esto.

Dicho eso, Chisato se lanza al piso de espalda cayendo como vampiro.

Miru intenta levantarla y animarla.

— ¿Qué está haciendo? — pregunta una mujer que se acerca a ellas.

Sumire que se mostraba con una expresión cansada cambia drásticamente a una expresión de asombro.

— ¿S-Satonaka-sensei?

Satonaka-sensei, maestra en gimnasia en el instituto Adachi y profesora de estudios sociales de primer año, además de tener unos grandes atributos, tiene una elasticidad y energía envidiable para cualquier adolescente.

— Nekoyashiki-san, ¿acabaste la tarea antes de venir aquí? — pregunta Satonaka a Sumire con un rostro serio.

— ¡Si, Satonaka-sensei!

— ¡Entonces podemos empezar! — le dice cambiando su rostro a uno alegre, Y para los fantasmas teru teru bozu que traen… ¡ya sé! Bríndeles apoyo a las chicas y lleven las cuentas.

— ¡Sí! — responden Ai y Yasuragi.

— ¡Bien! Entonces yo seré su entrenadora el día de hoy, iniciemos con unos estiramientos.

Capítulo 7 parte 2

Las chicas proceden a hacer los estiramientos con Satonaka-sensei.

La entrenadora realiza los entrenamientos de forma formidable, Miru se esfuerza y los realiza bien, Sumire a duras penas logra llegar a sus tobillos, mientras que Chisato ni lo intenta.

Chisato se queda tirada en el piso viendo el techo y teniendo a Nyakoshi dormido en su pecho.

— ¡¿Por qué no haces nada?! — le grita Satonaka prendida en llamas a Chisato.

— Ya me cansé…— le responde Chisato mientras poco a poco cierra sus ojos y el gato maúlla.

— ¡Pero si no has hecho nada!

— Fue un camino muy largo…— el gato maúlla nuevamente, casi como si el también respondiera o le diera la razón a Chisato.

Sumire se acerca a ella y le dice:

— ¡Vamos, tienes que hacerlo! ¡si no lo haces no podrás hacer magia negra!

Chisato abre los ojos y de la emoción se sienta mandando a volar al gato.

— ¡Es verdad!

Chisato comienza a realizar abdominales, poco a poco aumentado la velocidad en la que los hace hasta un punto en el que comienza a crear una enorme ráfaga de viento a su alrededor y es imperceptible a simple vista ver cuantas hace por lo rápido que va.

Todos en el gimnasio, incluyendo Sumire y Miru se quedan estupefactos al ver la velocidad en que lo hace.

— ¡Bien, me gusta ese espíritu de lucha! — dice la entrenadora mientras la ve con gran emoción.

— ¿Cuántos abdominales lleva? — le pregunta Ai a Yasuragi.

— No lo sé, me perdí en los trescientos cuarenta y tres, y eso fue antes de que rompiera la barrera del sonido…

Al escuchar ese dato todos voltean a ver con sorpresa y estupefacción a Chisato.

— Me recuerda a mí de joven. — agrega la entrenadora.

El tiempo pasa y las chicas continúan con sus estiramientos mientras que Chisato no paraba de hacer sus abdominales.

Cuando finalmente se detuvo proceden a hacer otra cosa.

Después de estirar un poco más, Satonaka-sensei las lleva a una cuerda para escalar.

Realmente es una cuerda muy larga.

— Bien, lo siguiente es esta cuerda de acá, observen como tienen que hacerlo.

Satonaka-sensei comienza a subir por la cuerda, ella al ser muy flexible lo hace sin ninguna clase de problema.

— Eso se ve complicado. — dice Chisato antes de lanzarse nuevamente al suelo.

— Recuerda que si lucharás con nosotras tienes que ser flexible.

— Y no olvides la magia negra…

— ¡Ah!

Chisato se prende en llamas y corre hacia la cuerda de al lado y comienza a trepar.

A pesar de que la cuerda penetra con gran fuerza la piel de Chisato ella lo hace sin ningún problema llegando hasta lo más alto y finalmente sentándose en la viga del gimnasio observando a todos con sus rostros de impresión.

— ¡¿C-como hizo eso?! — se cuestiona Miru muy sorprendida.

— ¡Ah, impresionante! — dice Satonaka-sensei.

— ¡Chisato, eres asombrosa!

Sin embargo, Chisato es incapaz de regresar abajo.

— ¿P-podrían bajarme?

Luego de haberse cansado y sudado tanto, más que todo por bajar a Chisato de la viga, Satonaka-sensei lleva a las chicas a lo que parece ser una barra.

Estas barras son de gimnasia, el objetivo de estas es el dar vueltas y lograr caer de pie al momento de soltarse.

Miru da vueltas un poco lentas, pero al soltarse logra caer de pie, la expresión de alegría por haber podido hacer eso es más que evidente.

Por otro lado, Sumire y su gato intentan dar una vuelta, pero no lo logran.

Muy incapaces, cansados y adoloridos, Sumire cae sentada al piso y finalmente se acuesta para no levantarse por un buen rato.

Cuando su gato Nyakoshi ya no aguanta este se suelta y cae en su cabeza.

— ¡Nya! — grita Sumire.

Ella toma a su gato y le dice:

— Debería empezar a ponerte a dieta…

Mientras Miru toma agua y Sumire hablaba con su gato, Chisato hace los giros mucho más rápido que Satonaka-sensei.

Ya nadie en el gimnasio se asombra por lo que hace.

Finalmente, cuando se suelta, da tres giros en el aire y cae perfectamente de pie, luego de eso suelta un gran suspiro.

— ¿Ya puedo hacer magia negra?

— ¡Aun no, vamos a otra cosa! — le dice Satonaka-sensei a Chisato mientras se la lleva de la mano muy emocionada.

— Pareciera que estamos en una feria…— dice Sumire bastante cansada.

Para descansar un poco de tanto esfuerzo físico, las chicas van a relajarse saltando la cuerda.

Miru hace formas extravagantes con la cuerda cuando salta.

Sumire se enreda junto con su gato, la cuerda aprieta tanto su piel que es incapaz de moverse y liberarse.

— ¿A-alguien podría ayudarme…?

Mientras eso pasaba, Chisato hace los saltos de cuerda más rápidos que nadie haya visto antes.

El poder con el que lo hace es descomunal.

Crea una enorme ráfaga de viento con la cuerda y libera una cantidad enorme de energía que parece surreal.

Yasuragi y Ai intentan llevar la cuenta.

— ¡S-sus saltos por minuto son más de ocho mil! — exclama Yasuragi sorprendido.

— ¡¿Qué, ocho mil?! — dice Ai también muy sorprendida.

Chisato poco a poco va parando hasta finalmente detenerse del todo.

Seca sus gotas de sudor de la frente mientras jadea del cansancio.

— Creo que es suficiente…

— ¡Chisato, eso fue asombroso! — exclama Miru bastante impresionada.

— Su familia es muy deportiva, recuerda que su hermano es capitán del club de futbol del instituto. — le dice Sumire a Miru.

Chisato al escuchar eso de Sumire le dice:

— Pero mi abuelo no sigue vivo por llevar una vida saludable, debe ser brujería.

— El señor Fujisaki tiene como cien años…— le responde Sumire de forma sarcástica.

— Lo único que recuerda es que yogurt le gusta…

Satonaka-sensei se acerca a las chica bastante emocionada.

— ¡Hicieron un buen trabajo, tomemos un descanso de todo esto!

Van a las bancas del gimnasio a beber agua mientras que Sumire se fija en los hombres del lugar.

Todos son realmente fuertes e impresionan a muchas de las chicas.

— ¿Qué tanto ves, Neko-chan?

— Ummh, a los hombres de aquí les falta algo…

— ¡N-no creo que estes en la edad para fijarte en esas cosas! — le replica Miru.

Sumire voltea hacia Miru.

— ¿Te atrae algún chico de aquí?

— Umh… no realmente.

— Entonces, ¿Qué clase de chicos te gustan?

— Eh… b-bueno…

Su conversación se ve interrumpida por el flash de una cámara, fue Satonaka-sensei quien le tomo una fotografía a Chisato que está al lado de Sumire.

— ¿Qué fue eso? — pregunta Chisato con su rostro inexpresivo como de costumbre.

— ¡La foto del primer lugar del gimnasio! — le responde Satonaka-sensei a Chisato bastante emocionada.

Chisato a pesar de ser bastante inexpresiva se sonroja y se pone tímida por las fotos que le toman.

— Entonces supongo que está bien.

Luego de ese descanso, las chicas buscarán la forma para refrescarse un rato y luego irse a casa.

¿Se acercará la escena de las duchas?

¡Qué emoción!