Mi nombre es Aisha Mizuki, una joven de 18 años con cabello rubio que cae delicadamente hasta mi cintura, ojos verdes, y una tez clara que destaca mi juventud. Aunque mi estatura se sitúa en 1.65 metros, mi presencia siempre ha sido llamativa. Hasta hace poco, era una estudiante universitaria "común", con una vida repleta de diversidad y pasiones.
Disfrutaba explorar una amplia variedad de actividades, desde participar en deportes hasta dedicar mi tiempo a ayudar a quienes me rodeaban. Era la mejor estudiante de mi grado en todas las materias, siendo las matemáticas y la química mis áreas de mayor excelencia. No obstante, mi vida no se limitaba solo a la escuela; también me gustaba mucho jugar videojuegos.
Ahora bien, permítanme relatarles el trágico suceso que marcó el final de mi existencia.
Era el día de mi cumpleaños y estaba ansiosa de comprar el videojuego que tanto quería desde hace meses pero antes de que pudiese siquiera ver la tienda de videojuegos la vi en la distancia, una joven niña de 6 o 7 años, estaba atrapada en un rincón oscuro, rodeada por tres tipos que fácilmente superaban los 2 metros de estatura. No iba a ser la que se quedara de brazos cruzados, así que decidí acercarme a echar un ojo.
A medida que me aproximaba, la realidad de la situación me golpeó con fuerza. Estos tipos no eran precisamente modelos a seguir, la pobre niña parecía aterrada, murmullos incomprensibles escapaban de sus labios, y eso fue como una alarma en mi cabeza ¡No podía ignorar esto! Con mi moral heroica siempre listísima para actuar, me acerqué, dispuesta a descubrir qué demonios estaba pasando.
— ¡Oigan ustedes ¿Qué creen que hacen?!
Los tres grandulones me clavaron una mirada cargada de desprecio, como si yo fuera la intrusa en su fiesta. Sus ojos, perdidos y con ese brillo que denota problemas, me hicieron pensar que estaban más drogados que una película de los 80. No era la primera vez que me topaba con estos tipos, pero esta vez estaban en pleno día, cerca del centro. ¿En serio el gobierno no podía hacer algo para que las cosas no llegaran a este extremo?
Me pregunté qué diablos estaba pasando en las altas esferas para que la situación callejera estuviera tan descontrolada. No es que fuera una experta en política, pero algo debía estar fallando estrepitosamente para que esos tipos camparan a sus anchas a plena luz del día.
Con una voz áspera y tambaleante me dirigieron la palabra.
—Calla mocosa o serás la siguien— Ugh, ¿por qué los villanos siempre tienen que soltar esas líneas cliché? Sin darle chance de decir ni una palabra más, le solté un golpe tan fuerte en la cabeza que el sonido resonó en el callejón por un instante, haciendo que se desmaye y se caiga. ¡A veces, un buen golpe es la mejor respuesta a esos tipos!
—¡Tú, bastarda!
Los ojos del sujeto ahora parecían más inyectados en sangre que otra cosa. Con rápidos movimientos, esquivé todos sus ataques. No era mi primera vez enfrentándome a gente con la percepción de la realidad alterada; sus movimientos eran lentos y se tambaleaba. Fue suficiente con un simple desplazamiento para que se mareara y cayera. Realmente decepcionante.
—Jajaja, ¿enserio crees que nos puedes ganar, p#rr#? Eres solo una niñata inmadura. Así que ríndete o le disparo a la niña.— Uno de esos tipos estaba sosteniendo un arma de fuego cerca de la niña ¿Enserio usan a esa pequeña como un rehén? Me reí irónicamente ante la amenaza de ellos. ¿Él en serio pensaba que me intimidaría con esas palabras? Estaba a punto de demostrarle que subestimarme era un error.
— Bien, vamos, inténtalo. — Le dije para provocarlo pero, al parecer aún es un novato, empezó a sudar y temblar diciendo palabras al azar, solo continué molestándolo hasta que se quebró *click* sonó, la cara del bandido cambió de repente —¿Eh? ¿P-Por qué no pasa nada?— Claramente estaba confundido "Apreté el gatillo, pero ¿Por qué no salió disparado nada?" Era lo que se veía en su cara, vuelve a apretar el gatillo, pero pasa lo mismo, ya me desespera verlo de esa manera así que respondo: —Ni siquiera le has quitado el seguro, baboso— Sin esperar ni un segundo más, le quito el arma, quito el gatillo y disparo a sus pies provocando que huyera con el rabo entre las patas, viendolo huir susurro "Idiotas..." Cambio mi atención a la niña.
— ¿Estás bien? — La niña aún se encontraba temblando, su rostro pálido y sudando frío, ¿Cómo pudieron esos bastardos intentar hacerle algo?
—S-Si, s-señorita— Dice la niña en voz baja mientras aprieta los puños, disminuyo el volumen de mi voz y pregunto —¿Estás perdida?— Ante la pregunta, la niña asiente y dice en tono muy bajo: —No encuentro a mi hermana—. Bueno, obviamente los videojuegos pueden esperar.
—Ya veo, entiendo, te llevaré a la estación de policías más cercana ¿Te parece? Quizás allá tu hermana te pueda encontrar con mayor facilidad.
— S-Si, muchas gracias señorita...
Todo hubiese sido genial si allí terminase la historia, no obstante, mientras estabamos saliendo del callejón, a la carretera, uno de los tipos que habia derrotado se levanta y me empuja, donde un camión pasa a toda velocidad, durante ese tiempo no sentí nada, no vi mi vida pasar frente a mis ojos o algo, simplemente desperté en esta sala.
Y así es como llegamos a este punto, bueno, no me arrepiento de nada de lo que hice en mi vida, así que está bien supongo... Solo me pregunto si esa niña pudo encontrar a su hermana... Ah y lamento no haber podido jugar el videojuego que tanto quería, bueno, ya no importa.
— Veo que estás tranquila incluso luego de morir, es algo curioso ¿Sabes? La mayoría de mortales se la pasan negando su muerte, pero tú... Ya la aceptaste.
Una voz empezó a resonar en el lugar, pero no hay nadie en este interminable mar de oscuridad, con un tono de duda en mi voz pregunto: —¿Quién eres?—, la voz que me responde es la de una mujer, es una voz serena y algo curiosa —¿Yo? Puedes llamarme Era, la Diosa Todopoderosa Era
—Bueno, entonces, Diosa Era ¿Estoy realmente muerta?— Ya sé la respuesta, pero aún así quiero que me lo confirmen— Era, con su tono sereno, respondió: — Pues sí, pero no. Estás muerta en tu mundo, pero como te has portado bien en vida, te recompensaré. Tendrás la oportunidad de reencarnar. Podrás elegir 5 bonificaciones, 5 habilidades iniciales y un deseo de bajo nivel. Además, conservarás tus estadísticas del mundo anterior, aunque tendré que ajustar tu nivel de maná.
— ¿Me puedes explicar cómo es el mundo en el que reencarnaré?
— Es un mundo muy parecido al videojuego que ibas a comprar, hay magia, niveles, clases, habilidades, un sistema tipo RPG y un Rey demonio.
—Espera, un rey demonio, no me dirás que yo lo tengo que derrotar ¿O si?
— No realmente, está a algunos años de nacer pero ya han encarnado otros héroes, así que no creo que haya necesidad de que te unas a la batalla a menos que quieras.
— Fiu~ menos mal.
— Ahora bien, las bonificaciones y habilidades se te presentarán a continuación en forma de cartas, puedes elegir 5 de cada una
Tras una larga espera creo que ya tengo la configuración que quiero para mi nueva vida.
— Bueno, Diosa Era, ya sé cuáles serán mis habilidades, bonificaciones y deseo.
Era la miró con expectación. — ¿Es así? A ver, dime.
Mizuki procedió a revelar su elección:
— Para mis habilidades, quiero: Pensamiento Veloz, Analizar, Inventario, Descarga e Incremento de Velocidad.
Pensamiento Veloz (Pasiva/Activa): Acelera tus pensamientos x2 y la percepción del entorno.
Analizar (Activa SR): Te permite analizar cualquier cosa y grabar la información para futuras referencias.
Inventario (Activa SR): Permite guardar cosas en un vórtice espacio-temporal, con mejoras conforme aumenta el nivel de maná.
Descarga 3 (Activa Elemental): Un hechizo que lanza una descarga eléctrica en cadena a un enemigo. La versión pasiva permite que la cadena se propague de enemigo en enemigo, incrementando velocidad y daño con cada conexión.
Incremento de Velocidad (Pasiva): Mejora tu velocidad y reflejos.
— Te gusta la velocidad, ¿eh?
Asentí con una sonrisa traviesa. — Sí, mientras más rápido, mejor.
Era levantó una ceja con interés. — Aunque sabes que si vas muy rápido, te va a doler, ¿verdad?
— Claro, por eso he decidido que eso lo contrarrestarán las bonificaciones.
Era frunció el ceño, intrigada. — ¿Uh?
—Mis bonificaciones serán- bonificación de magia, resistencia, mejora física, velocidad, sabiduría.
— Bonificación de Magia: Incrementa mi daño mágico y mana en un 75%, y reduce el tiempo de enfriamiento en un 25%.
— Bonificación de Resistencia: Aumenta mi resistencia física y mágica en un 75%.
— Bonificación de Mejora Física: Incrementa todas mis estadísticas físicas en un 50%.
— Bonificación de Velocidad: Aumenta la velocidad base en un 50%, puede aumentar a 125%.
— Bonificación de Sabiduría: Mejora mi inteligencia en un 45% y mi incremento de experiencia en un 45%
— Me impresiona que hayas pensado en todo eso, ahora bien ¿Cuál es tu deseo? —Parece que Era está expectante a mi respuesta ¡No puedo defraudarla! así que mi deseo será
— Deseo todo el conocimiento posible.
—¿En serio? Sabes que puedes elegir un arma o armadura de grado mítico, una habilidad de rango EX o algo así ¿Verdad?
—Si, pero quiero el conocimiento. — En el mundo, el conocimiento es poder, aún más cuando se trata de un mundo mágico ¿No? La mayoría de magos ansían este por lo que a las muy malas, puedo vender el conocimiento ¿No?
— B-Bueno, hay una biblioteca multidimensional en la cual podrías leer varios libros, pero dado que es un deseo menor, podrías estar allí un máximo de 3 días ¿Te parece bien?
Es raro ¿Puedo adquirir una habilidad o arma del más alto grado con un deseo menor pero solo 3 días en la biblioteca? Me está ganando la curiosidad así que responderé: —Si, está bien... ¿Pero no puede ser al menos una semana?— Dije intentando obtener más tiempo, pero Era lo rechazó de inmediato.