Shen Feiwan no le hizo caso a Shen Feichi, en cambio giró la cabeza para mirar a Bai Zhi —¿Es esto falso?
Bai Zhi pudo notar de un vistazo que no era falso.
Las invitaciones para cada banquete de Joyería Fulan eran únicas y siempre incluían una marca contra falsificaciones, la cual ella había seleccionado personalmente. Los detalles eran muy claros; era imposible imitarlos tan rápidamente y con tal meticulosidad.
Pero para hacer que Shen Feiwan se avergonzara,
Bai Zhi dijo —Podría ser falso.
Shen Feiwan se rió un poco, con un aire de incredulidad.
Otras personas, al escuchar a Bai Zhi decir esto, no pudieron evitar hablar
—Realmente hilarante, ¿podría Shen Feiwan ser aún más descarada?
—El asunto de hace un momento ya había terminado, y ahora ha montado esta escena para darse un golpe en la cara, me da vergüenza por ella.
—¿Falsificar una invitación, no es eso un delito? ¿Deberíamos llamar a la policía?