Shen Feiwan miró a Fu Shiyan.
Nunca pensó que este hombre pudiera ser reconfortante.
Una o dos frases de él que no la hicieran enfurecer ya eran una muestra de su benevolencia.
—Te informaré si hay algún progreso —dijo de nuevo Fu Shiyan.
—Fu Shiyan, si realmente me ayudas a encontrar al verdadero asesino que mató a mi madre... —Shen Feiwan miró a Fu Shiyan, su expresión muy resuelta.
Fu Shiyan frunció ligeramente los labios.
Sus dedos temblaron ligeramente.
—No tomaré ni un centavo de ti durante el divorcio —aclaró lentamente Shen Feiwan.
La cara de Fu Shiyan se oscureció visiblemente.
—Oh, qué amable de tu parte —dijo Fu Shiyan con sarcasmo.
—Fu Shiyan, no hicimos ningún acuerdo sobre los bienes antes de casarnos, así que no asumas que puedes ignorarme solo porque eres capaz. No me sería difícil obtener la mitad de tus bienes si realmente discutiéramos —declaró con confianza Shen Feiwan—. Además, has sido infiel durante nuestro matrimonio, la ley estará de mi lado.