Qiao Mianmian inicialmente pensó que Mo Yesi era solo otro empleado.
No esperaba que fuera tan difícil conseguir verlo.
Ya que había venido hasta aquí, definitivamente no se iría hasta que lo viera.
No dijo nada más al personal de recepción, y en vez de eso se dirigió a la zona de descanso cercana y tomó asiento mientras esperaba que Mo Yesi saliera de trabajar.
Al ver que se negaba a salir, las dos empleadas comenzaron a burlarse de ella.
—Qué caradura... —comentaron entre ellas.
—Presidente Mo nunca se ha dejado seducir por mujeres. ¿Y qué si ella es un poco bonita? Presidente Mo nunca estaría interesado en una mujer como ella —añadió una de ellas con desdén.
*
Wei Zheng bajó a resolver algunos asuntos.
Cuando pasó por la recepción, una empleada lo llamó.