Así que en este momento no estaba realmente sucia, pero siempre se sentía insegura si no se lavaba el cabello. Si se engrasaba, se vería mal.
Adrián Zhekova la estaba apoyando, sosteniendo a Cindy Clarke tal como si la estuviera abrazando.
Bajó su cabeza, su nariz tocando el cabello de Cindy:
—Huele bien, no es necesario lavar.
—Me lo lavé anteayer, hoy es el segundo día —dijo Cindy—, necesitaba lavarme el cabello si iba a salir.
Adrián Zhekova pensó que probablemente Cindy estaba enojada con él.
Necesita compensarlo para apaciguarla.
De repente, Adrián pensó en algo.
—¿Qué tal si te lo lavo yo? —sugirió.
—¿Cómo me lo lavarías tú? —preguntó Cindy sorprendida—. Si pudiera inclinarme, me lo lavaría yo misma.
—Puedes acostarte, no tienes que moverte, yo puedo lavártelo. Justo como en la peluquería —propuso Adrián.