Cindy Clarke estaba a punto de llevar la fiambrera a Adrián Zhekova.
Pero justo cuando dejó a los empleados de Pingla, escuchó a alguien llamarla —¡Señorita Clarke!
Cindy se sorprendió.
Era la primera vez que escuchaba un título diferente al de esposa del CEO dentro del Grupo Pingla. Captó su atención.
Cindy instintivamente se detuvo y giró su cabeza hacia la fuente del sonido.
Vio a una pareja de mediana edad desconocida acercándose, seguida por un joven.
Reconoció al joven, aunque no era un conocido, había una conexión.
Sin duda era Eduardo López.
Cindy se preguntó qué querían estas tres personas con ella.
La cara de Eduardo estaba ligeramente incómoda, y su mirada hacia ella era algo evasiva.
—Señorita Clarke —Ricardo López se acercó corriendo al lado de Cindy y llamó de nuevo.
—¡Señor López! —Antes de que Cindy pudiera responder, escuchó otra voz.
Todo el mundo se giró y vio al Gerente Hertz del departamento de relaciones públicas, corriendo hacia ellos.