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Adrián Zhekova no empezó preocupándose por todo lo de Cindy Clarke.
Simplemente observaba en silencio desde un lado.
No decía nada, pero tomaba nota mental de cada detalle que descubría acerca de Cindy.
No se le escapaba ni un solo detalle.
Día tras día, momento tras momento, él seguía el rastro.
Y ahora, se ha vuelto así.
Sin preguntar, sin hablar, puede automáticamente hacer lo que a Cindy le gusta.
Maverick Zhekova miraba con envidia a Adrián, preguntándose dónde había ido a parar su antiguo temperamento de perro fiel.
La satisfacción de Adrián por los elogios de Cindy llenaba su mirada mientras observaba la salsa que había hecho para ella.
De repente, sus oídos se movieron un par de veces.
Adrián miró a Maverick y notó la mesa frente a él.
Luego dijo con una cara de sorpresa:
—Papá, ¿no has hecho la salsa para mamá?
Maverick Zhekova: "…"
Adrián continuó, como si hablara consigo mismo: