Pero al igual que Sheldon Rowland, a pesar de todo, Cleave Roland no estaba pensando en renunciar a su trabajo.
Porque sabía que, sin Adrián Zhekova, no era nada.
No le importaba si el trabajo de conductor era respetable o no para hablar de él. Lo que le importaban eran los beneficios.
—Tío Cleave, ¿estás casado? —preguntó de nuevo Morgan Zhekova.
—... —Cleave Roland creía que, incluso si Adrián no se había hecho previamente una prueba de paternidad, Morgan definitivamente era un niño de la familia Zhekova.
Porque, la Señora Mayor le había hecho la misma pregunta antes.
—No —dijo Cleave Roland—, no estoy casado, no tengo novia, estoy soltero.
—Morgan suspiró con pesar y sacudió la cabeza:
— Tío Cleave, ya no eres tan joven, ya tienes 26 años, deberías arreglar tus asuntos personales.
—Cleave Roland: ...
—Mira a mi papá. Aunque no esté casado, ¡mira lo grande que soy! —Morgan sacó pecho orgulloso.
¡En este punto, su padre está ganando!