Despertando más temprano de lo habitual en la mañana.
Antes de las siete y media, frotándose los ojos y aún vestida con el pijama, ella salió del cuarto.
—Cindy —bostezó Morgan, con voz llena de sueño—, ¿qué hay para desayunar esta mañana?
Cindy Clarke estaba batiendo huevos en ese momento, y al ver a Morgan, preguntó:
—¿Qué te parece si hacemos arroz con tortilla esta mañana?
Con eso, Cindy dejó los palillos y caminó hacia Morgan.
Se agachó y le dio un beso matutino a la rechoncha carita.
—Hoy es sábado, no tenemos que apurarnos, así que podemos preparar un desayuno un poco más elaborado —dijo Cindy con voz dulce.
—¡Fantástico! —A la jovencita realmente le encantaba ese plato—. ¡Voy a lavarme enseguida!
Dicho esto, se dio la vuelta y salió corriendo.
Cindy todavía quería decirle que también estaba aquí Adrián Zhekova, pero no tuvo la oportunidad.
La joven ya había salido disparada en un instante.
Cindy movió la cabeza, impotente.