Ya había descubierto los trucos de este despreciable CEO.
—¡Estaba decidido a no volver a caer en ellos!
—¡Si el despreciable CEO le preguntaba si quería comer, no demostraría que quería comer!
En ese momento, vio a Adrián Zhekova levantar un rollo de huevo y darle un mordisco.
Era crujiente y se derretía en su boca.
—De acuerdo, ya puedes irte —dijo Adrián Zhekova.
—Sheldon Rowland...
Sheldon Rowland nunca esperó que el despreciable CEO hubiera cambiado su estrategia.
Esta vez, no preguntó si quería comer.
—¡En su lugar, le dejó ver al despreciable CEO comer!
Sheldon Rowland trató de mantener la sonrisa al salir de la oficina de Adrián Zhekova.
Le resultaba muy difícil a sí mismo.
—¡Todo por el bien de la supervivencia!
Adrián Zhekova sostenía el rollo de huevo medio mordido entre sus largos dedos, como si sostuviera un cigarrillo.
Volvió a tomar su teléfono móvil para responder al mensaje de Cindy Clarke.