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—Entonces, mi querida Skyla, ¿me extrañaste cuando no estaba? —Nux susurró seductoramente en los oídos de Skyla.
En ese momento, estaba en su habitación con Skyla sentada en su regazo, cara a cara con él. Él acariciaba su cuerpo lentamente y con suavidad, como si estuviera preparando su comida.
—Sí —respondió Skyla mientras disfrutaba de su tacto.
—¿Cuánto?
—Mucho- Anh! —replicó Skyla antes de gemir en voz alta cuando Nux le agarró el trasero.
Ella no sabe por qué, pero cada vez que él la toca ahí, el placer que siente se intensifica instantáneamente.
—¿No eres mucho más sensible de lo normal? —Nux se ríe mientras comienza a amasar su firme pero suave trasero.
—E-eso es todo tu culpa... ha pasado mucho tiempo desde que me tocaste, así que soy un poco más sensible de lo normal... —Skyla se quejó con un puchero adorable. Con su cara infantil, su puchero se veía encantador y podría derretir el corazón de cualquier hombre.
—¿No te tocaste tú misma cuando estaba ausente?