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La aparición de Nial estaba lejos de ser buena cuando se acercó al Maestro Crevian y a los otros cinco Elfos. Los cuatro Elfos mayores dieron un paso atrás para darle a Nial suficiente espacio para ayudar a Matías.
—¿Por qué estás tan atónito? ¿Estabas tan concentrado en grabar las constelaciones rúnicas? —preguntó Nial a su amigo con una tenue sonrisa en los labios cuando se volvió hacia el Maestro Crevian. Matías no dijo nada a cambio. Solo se sujetaba el pecho tratando de impedir que su corazón se despedazara.
La repentina aparición del Maestro Crevian y sus seguidores había sido demasiado impactante para él.
—Maestro Crevian, espero que no haya ningún problema con mis constelaciones rúnicas... —respondió Nial y volvió su atención al hecho más importante.
El Viejo Elfo parecía estar preocupado por algo, o al menos eso le parecía a Nial.
Sin embargo, Crevian movió su mano rápidamente mientras aclaraba el malentendido,
