—Cogido desprevenido por su mirada alegre y resplandeciente, Roy le hizo un pulgar arriba —¡Buen trabajo! Sigue así.
Al oír estas palabras, una sonrisa agradable floreció en la cara de la tonta muchacha.
Amelia era mucho más inteligente de lo que él pensaba.
Roy conocía esos modelos de hechizos mágicos porque seguía al autor en Instagram y Twitter y era incluso parte de su servidor de discord, donde compartía imágenes de sus personajes, hechizos mágicos, piedras rúnicas, fragmentos de alma, jefes, y así sucesivamente.
Erán muy llamativos.
Por eso, no podía olvidarlos ni ahora.
Los había mirado cientos de veces en su vida pasada. Por eso aún los recordaba como si fueran una parte significativa de su vida.
Pero de la noche a la mañana, esta muchacha había grabado la imagen de uno de esos modelos en su mente como si fuera un juego de niños.
—¡No era otra cosa que una prodigio! —Rat-tat-tat —Justo entonces, alguien golpeó la puerta.