Marty, el cuarto rey de los no-muertos, estaba completamente furioso cuando descubrió que su presa, Lucas, había logrado escapar de su alcance. Para los no-muertos, Lucas era una anomalía de rango 2, un término que usaban para clasificar posibles amenazas. Los no-muertos intentaban capturarlas o eliminarlas antes de que crecieran lo suficiente como para representar una amenaza para sus planes.
La rabia hirviente de Marty era tan intensa que casi era tangible, como lava fundida corriendo por sus venas. Sus labios torcidos revelaban su furia, y mostró sus colmillos en un gruñido de cólera. Mientras emergía del agujero con forma humana en el acantilado, escaneaba sus alrededores, con la mirada fija en Augusto, aquel que se había atrevido a ayudar a Lucas en su fuga.