—La Reina Rhiannon echó un vistazo al suelo antes de volver su mirada hacia el arrogante Nacido del Dragón, que parecía pensar que ya había ganado su batalla.
A pesar de que admitía que ahora estaba en desventaja, todavía tenía algunos trucos bajo la manga que podía usar para inclinar la balanza de la batalla a su favor.
Sin embargo, después de experimentar el trabajo en equipo de sus oponentes, así como la habilidad que momentáneamente restringió su libertad, se había vuelto muy cautelosa acerca de atacar a la ligera sin un plan.
Ahora mismo, estaba analizando las fortalezas de sus oponentes, así como sus habilidades.
Aunque Piccoro era más débil que ella, tenía que reconocer que sus ataques eran de hecho poderosos y podrían potencialmente atravesar sus defensas.
