—Si sabes lo que te conviene, será mejor que mantengas todo lo que sucedió aquí en secreto, ¿de acuerdo? —dijo Lux con una sonrisa diabólica en su rostro—. He colocado un rastreador en tu cuerpo, el cual siempre me dirá tu ubicación.
—Por supuesto, también puedes divulgar mi información a tus superiores. Realmente no me importa lo que hagas porque tarde o temprano ellos se enterarán de mí. Sin embargo, si mi información viene de tus labios, más te vale que te escondas en un lugar donde no pueda alcanzarte.
—No me importa si te ocultas en la Sede Principal de la Lluvia Crepuscular. De hecho, aplaudiría que lo hicieras.
El Semielfo hizo una pausa antes de levantar la barbilla del enano con su dedo, haciendo que Sam lo mirara.
—Eso hará las cosas más fáciles para mí porque puedo traer a los de Alto Rango del Reino de Gweliven conmigo para asaltar ese lugar y aplastaros a todos ustedes de una vez por todas.