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Nueve personas estaban reunidas en una sala VIP que daba a la arena.
Se creía que eran los nueve miembros más fuertes de la joven generación y también eran conocidos como los Cuatro Reyes y los Cinco Señores Supremos.
Naturalmente, los nueve competían por convertirse en el Campeón para que su prestigio se extendiera ampliamente. Aunque no todos estaban perdidamente enamorados de la belleza de cabello azul que era aclamada como la Princesa de la Academia Barbatos, convertirse en su prometido les permitiría formar conexiones con su padre, que era uno de los pocos Santos en la Región Oriental de Solais.
—Ese adolescente flacucho que llevaba un sombrero de bambú en la Arena 4 no estaba nada mal —dijo un joven de cabello rubio y ojos azules con una sonrisa. Tenía rasgos marcados, lo que hacía difícil decir si era guapo o no.
Aunque tenía una sonrisa en el rostro, emanaba de su cuerpo una presencia intimidante, que podría hacer temblar a cualquier Apóstol por debajo del Grado C.
