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Justo como todos esperaban, las batallas más intensas sucedían en el centro de la Arena.
Al no tener dónde correr o esconderse, no les quedaba más opción que eliminar a las personas a su alrededor para asegurarse de que nadie los apuñalaría por la espalda.
Lux arqueó una ceja cuando notó que varias personas formaban grupos, luchando como un frente unido. Supuso que, mientras algunos se habían aliado porque se conocían, también había otros que formaban equipos en el momento.
El chico rechoncho pensó que esta era una idea muy sensata ya que la batalla terminaría solo cuando quedaran veinte personas en la arena. A medida que el número de participantes disminuía, algunos grupos empezaron a apuntar a aquellos que se mantenían al margen.
