—Tras un profundo suspiro, Kieran se levantó lentamente dentro del caldero —comentó el narrador—. A pesar de la llamarada plateada que rugía debajo, la manera en que se mantenía completamente quieto daba la impresión de que no podía sentir ningún calor desde el interior del caldero.
Al levantarse, Kieran miró hacia abajo su cuerpo y lo analizó a fondo. Lo que encontró lo dejó asombrado. ¡Era como si hubiera emergido como una persona completamente nueva en comparación con cuando entró!
Su cuerpo ganó más masa muscular y definición, y aunque se sentía mucho más pesado como si su masa corporal se hubiera amplificado, no parecía interferir con su capacidad de controlarlo. Parte de esta sensación de peso se originaba por el cambio en su estructura ósea, mientras que el resto se debía al elixir de renacimiento que reemplazó su sangre original.