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El silencio de Isadora se debía a varios asuntos. Primero, aunque Kieran prometió reembolsar todo lo que ella usara para completar este elixir, su corazón se apretaba al pensar en perder algunos de sus tesoros más preciados. Como un herrero atesora los metales y sus obras maestras, un Alquimista valora los componentes clave para producir sus elixires.
Segundo, los elementos presentes en el elixir actual eran más potentes de lo que Isadora había esperado inicialmente. De hecho, superaban lo que había visto de Scar. Por lo tanto, su juicio inicial sobre cuántos de sus preciados elixires serían sacrificados era incorrecto.
«Me tomó incontables años solo para conseguir diez gotas... y aquí estoy, sacrificando casi la mitad de ellas para ayudar a este chico», pensó Isadora. Aunque internamente mostrara algo de arrepentimiento, su rostro permanecía neutro. Sus manos se movían con rapidez a través del espacio frente a ella, asistiendo la barrera recién creada.
