Kieran se quedó desconcertado por el arrebato de ira de Bastión, mirándolo con una expresión atónita.
Se echó un paso atrás para darle la palabra a Bastión y ver hacia dónde llevaría su diatriba, pero ya estaba muy a favor de los esfuerzos y emociones que demostraba.
No era el único que reaccionaba ante el comentario de Bastión. Alice y los demás también le dirigieron miradas de sorpresa, preocupación y elogio sutil.
Si había algo de Bastión que tendían a no gustarles... era lo fácilmente que se desmoronaba bajo presión y evitaba la confrontación y la adversidad. No era tan malo que no pudiera ser ignorado o entrenado de alguna manera, pero se manifestaba en los momentos más inoportunos, y a veces no era lo ideal.
Los miembros del equipo no eran los únicos afectados por los lúcidos ladridos de Bastión.