—La negativa del Ancla había sido exasperante, pero fue el impulso para galvanizar los esfuerzos finales de Kieran.
Una fuente podría haber sido una coincidencia, pero dos comenzaban un patrón. Sin embargo, dos no era suficiente para establecer la verdad sobre la Integración Maníaca. Para conocer el alcance de su aplicación, Kieran necesitaba asistencia.
Armado con comprensión, invocó a la Llama, que apareció en su habitual bocanada de humo siniestro. Su expresión parecía deleitosa, y Kieran pronto descubrió por qué.
—Mi niño, me invocas mucho más frecuentemente que antes. ¿Finalmente te has acogido a mí? —dijo la Llama.
Kieran dirigió a la Llama una mirada sombría antes de cambiar de tema.
—Ando con el tiempo justo, sin tiempo para charlas. Dime, ¿cuántos Demonios de Sangre hay entre tus... fieles? —preguntó Kieran.