Horas pasaron en silencio mientras Kieran descansaba en el sofá, inmóvil y mirando al techo, pero su mirada se enfocaba en algo más allá.
Muchos pensamientos vagaban libremente por su mente, creando un caos desordenado.
Algunos de sus pensamientos estaban relacionados con los objetivos que tenía que cumplir en un futuro cercano, otros se centraban en las preguntas que quería o incluso necesitaba responder en el futuro lejano. El resto... estaban atados a emociones nostálgicas, una película de nostalgia que lentamente los envolvía.
«No era una mentira. Por un momento... realmente había cavado demasiado profundo en mí mismo».
Lentamente, un recuerdo se coaguló en la mente de Kieran, una escena vaga pero que se hacía más clara.
Había un edificio en ruinas que le resultaba familiar a Kieran a pesar de haber empujado esos recuerdos a los rincones más profundos de su mente consciente.