Unos minutos más tarde...
Kieran se detuvo y observó un magnífico templo aproximadamente diez veces más grande que el templo de la Ciudad de Aeredale. El templo estaba sobre una montaña que tenía un aire inquientantemente parecido al de un volcán.
Cuando Kieran se volvió, notó un camino serpenteante de rocas ígneas moldeadas en un pasillo. Algunas partes del camino parecían lo suficientemente inestables como para inducir el miedo más aterrador, mientras que otras partes invitaban a viajar con seguridad.
El Consejo de la Deidad de la Guerra optó por este diseño para transmitir la noción de que solo los valientes deberían considerar acercarse a este estimado lugar. Era una creencia elevada, pero el Consejo de la Deidad de la Guerra poseía la estimación y el poder físico para respaldar esta decisión.
Después, Kieran miró el pequeño edificio del que acababan de salir y expresó una pregunta que pesaba mucho en su mente.